Ciclismo | Vuelta a España | 11ª etapa
No hay quien dé más
Purito, líder por un segundo. Los Cuatro Fantásticos en un minuto
Ten cuidado con lo que sueñas, porque se puede cumplir. La frase vale para Javier Guillén, director de la Vuelta y del thriller que nos ocupa. Quería una carrera emocionante y se encuentra en la tesitura de encargar otro trofeo de campeón, o mejor un pack. Por lo que pueda suceder. No exagero (no demasiado). La Vuelta va camino de resolverse en los penaltis o de no resolverse nunca y, visto lo de ayer, ya no hay quien descarte un empate a tiempos en Madrid. De dos, de tres o de cuatro ciclistas. También habrá que pensar en ensanchar el primer cajón del podio y en pedir un crédito para cuadriplicar los premios. Ten cuidado con lo que sueñas.
La contrarreloj de Pontevedra añadió otro tirabuzón a ese salto mortal en que se ha convertido la Vuelta. Purito conserva el liderato por un segundo y Contador lo pierde por esa misma distancia. Froome es tercero, a 16 segundos, y Valverde es cuarto a 59. Si el líder del Movistar no hubiera perdido 55 segundos en Valdezcaray (aquella caída sin perdón), las letras de los favoritos se confundirían en la general. Los Cuatro Fantásticos hicieron menos y tienen cómic.
El prodigio de esta Vuelta es que no hay quien anticipe lo que sucederá mañana. Se sabe que será bueno, pero siempre termina siendo mejor. Ayer se esperaba una victoria de Froome y se impuso Kessiakoff, sueco con nombre de vodka (32 años en el alambique). Se dudaba de Contador y a punto estuvo de vestirse de rojo. Se temía por Purito y Valverde, pero su pérdida no alcanzó el minuto. No sabemos nada y queremos saberlo todo.
Como en las elecciones generales, autonómicas o vecinales, no perdió nadie. Hasta Froome, el peor parado, se encuentra parado en un lugar estupendo. El hecho es que los cuatro aspirantes han llegado demasiado lejos como para dejar de luchar. Cada uno cuenta con una esperanza y un plan. Cada cual tiene una bala.
Colocados.
Purito, el gran vencedor en términos relativos, se relame con la supervivencia y con las bonificaciones. Contador volvió a chutar al poste (ya ha sido segundo, tercero y cuarto), pero alimenta su moral. Tiene fuerzas y probablemente en aumento. Froome resopla y Valverde observa.
Hoy volverán a verse las caras en el Mirador de Ézaro, un muro salvaje que se eleva 300 metros en dos kilómetros, los últimos. Más que un puerto es una prueba del Qué apostamos, un número circense y una crueldad infinita. Allí habrá guerra por resistir y por bonificar. ¿Les parece interesante? Pues será mejor.