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Armstrong conmociona a Francia, pero no a EE UU
Los medios de comunicación de Estados Unidos han tratado la noticia de la sanción a Lance Armstrong con frialdad, indiferencia e incluso desaprobación, excepto en su estado de Texas. Por contraste, en Francia generó más expectación y, sobre todo, preocupación por el Tour.
Para ser alguien que se ha codeado con presidentes y que ha sido el deportista del año cuatro veces, la reacción de los compatriotas ante el ocaso de Lance Armstrong ha sido de indiferencia y desaprobación. Al revés que en Francia. Mientras en Estados Unidos ya hacía tiempo que le habían borrado de su lista de héroes; en el país europeo están preocupados por uno de sus monumentos, el Tour, y por la posibilidad de que los nuevos campeones ensucien tanto el palmarés como el propio Lance.
Los medios le han defendido en su estado natal, donde acusan a la USADA de un complot. "Don't mess with Lance", escribió un columnista del Texas Tribune, en alusión a la popular frase que usan los texanos para advertir a los forasteros para que les dejen en paz.
En el resto del país: frialdad. The New York Times no hizo ni una mención ayer en su primera página y el viernes desveló que Travis Tygart, director de la USADA, recibió una llamada de un nuevo testigo dispuesto a acusar a Lance. Muchos aficionados que participaron en los programas de radio de WFAN dijeron que si Armstrong abandonaba la lucha era porque debía ocultar algo. La teoría del Washington Post era otra: Lance eludió defenderse porque no quería que el juicio se convirtiera en un reality show televisado en directo por la CNN.
La cadena ESPN reveló el viernes que el texano había intentado, sin éxito, frenar la investigación de la USADA con presiones a congresistas amigos y a miembros del Comité Olímpico Estadounidense, pero ayer mismo eliminó de su programación a Armstrong.