Valverde apagó a Purito

Magnífico de verdad. Y cruel, si te llamas Purito. Cuando el líder del Katusha celebraba la victoria, cuando ya esbozaba una sonrisa de felicidad que iluminaba la meta, Valverde le superó sobre la raya final, según dictó tras varios minutos de incertidumbre la foto finish (foto-matón para quien pierde). Valga como consuelo para Purito que al menos no levantó los brazos, ya que estas situaciones son todavía más dolorosas cuando el ladrón asoma por una axila.

Estoy por asegurar, para completar el relato, que Valverde no pretendía el triunfo y que se daba por satisfecho con el liderato y sus estupendas sensaciones en la escalada. Sin embargo, es tan liviano Purito, que ni la inercia del sprint le sirvió para cruzar el primero la meta, y le detuvo el polen, o el oxígeno, vaya usted a saber.

Habrá venganza, que nadie lo dude. Purito será candidato hoy en Valdezcaray y si le dura tres semanas el enfado no descarten que ocupe lugar en el podio de Madrid.

Pero no adelantemos acontecimientos. Más allá de la anécdota del ganador, la etapa, concentrada en la última ascensión, resultó formidable. No sólo se dejaron ver los favoritos, sino que lo hicieron desde el primer instante. El más activo, con diferencia, fue Alberto Contador. Después del trabajo de Hernández y Navarro, el de Pinto lanzó hasta media docena de ataques, violentos en apariencia, pero de escasos resultados prácticos. Valverde, Purito y el gomoso Froome sofocaron cada fuego. Tras ellos, y descolgados en cada sacudida, un grupo con Antón, Gesink y Mollema.

La impresión es que Contador tiene la mentalidad en plena forma y las piernas no tanto. En otro entorno y en otro tiempo, cuesta creer que sus perseguidores pudieran aguantarle la rueda. Pese a todo, bravo por él y sus rivales. Gestos así, tan generosos en el esfuerzo, dignifican a los campeones. E incluyo a Froome en el saco. Su modo de apretar los dientes confirma que ha venido a disputar la carrera. No podremos decir lo mismo de Van den Broeck, a 2:23.

Aunque Contador no sacó ventaja alguna y ni siquiera alcanzó el tercer puesto bonificado, el aviso está dado. Quien desee ganar la Vuelta tendrá que vérselas con él. Ese simple hecho garantiza el espectáculo hasta Madrid.

Regalo. La presencia de Valverde como actor principal es un regalo inesperado. Con Cobo renqueante (ayer cedió 50 segundos), el verdadero líder del Movistar se encuentra con buenas piernas y vestido de rojo. Su enorme talento le exige algo más que ganar etapas y sería positivo que también se lo exigiera su director. Valverde está en condiciones de pelear con Contador y Froome. Sin olvidar a Purito, Antón y al tercio de holandeses.

Lo cierto es que la Vuelta está justo donde soñábamos. Hay pelea y hay enemigos, nacionales y extranjeros, ciclistas con carisma. Y hay trazado. Hoy en Valdezcaray no sólo habrá batalla; también un hurto por vengar.