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Ciclismo | Tour 2012

"Si me dopara, podría perderlo todo en mi vida"

Wiggins explicó en 'The Guardian' su postura

<b>EXPLICACIÓN. </b>Wiggins quiso dejar clara su postura ante el dopaje.
reuters

Bradley Wiggins responde todos los días preguntas sobre dopaje en rueda de prensa. La de ayer se refería al pasaporte biológico: "Yo estoy abierto a mostrar mis datos públicamente. No tengo nada que ocultar o esconder, no me dopo. Lo considero un buen sistema para controlar a los tramposos, se ha comprobado que ha dado sus frutos, aunque el mejor test en el ciclismo es el paso del tiempo, comprobar con los años que no has tenido ningún problema".

Harto.

Wiggins escribió una carta a The Guardian con la que intentó poner fin, sin éxito, a cuestiones como la que abordó en Cap d'Agde, o veladas acusaciones contra su equipo, al que se compara con el investigado US Postal de Lance Armstrong: "Las insinuaciones me cabrean mucho, ya que pensaba que la gente echaría la vista atrás y repasaría mi historia, las cosas que dije en el pasado. Como en la salida del Tour de 2006, cuando se desarrolló la Operación Puerto. Lo que comenté cuando Floyd Landis resultó un fraude, o cómo rompí con el Cofidis tras el positivo de Cristian Moreni en 2007.

El líder del Tour incide en esta parte, cuando pertenecía al Cofidis: "Camino de casa, después de que sucediera aquello, tiré a la basura la equipación del Cofidis en un aeropuerto de Pau, porque no quería que la gente me viera con ella. Prometí que nunca volvería a competir con ese maillot, todo eso me ponía enfermo".

Wiggins se decidió a poner sus pensamientos en papel tras mantener una conversación con su mujer y con un amigo: "Si lo que hago se pone en duda, no merece la pena hacerlo. Debía aclararlo o expresarme, a veces mi relación con los medios no resulta fluida".

Por último, explica muy claramente su postura antidopaje: "Para que me comprendan, yo procedo de un lugar diferente al de muchos otros. El ciclismo en el Reino Unido cuenta con una cultura distinta. Allí, el dopaje no está moralmente aceptado. Nací en Bélgica, pero crecí en un ambiente británico, con una visión olímpica del deporte más allá del Tour".

Y concluye: "Si me dopara, podría perderlo todo: mi reputación, mi estilo de vida, mi matrimonio, mi familia y mi casa. Todo lo que he conseguido a lo largo de estos años a base de esfuerzo, mis medallas olímpicas, mis títulos mundiales, la Orden del Imperio que me fue concedida. Todo el mundo me miraría y sabría que he hecho trampas".