"Los silbidos en Lieja me hicieron mucho daño"

¿Cómo ha llevado las sospechas vertidas sobre el Europcar?

En el prólogo en Lieja nos silbaron a todos los componentes del equipo y eso me hizo replantearme mi presencia en este Tour. No comprendía que, sin haber hecho nada malo, la gente estuviera en mi contra. Me hizo daño, porque soy humano. Por la noche me sentí abatido, me dije que si esta carrera iba a ser así, quizá no mereciera la pena tomar la salida.

Sin embargo, han encadenado dos triunfos consecutivos, con Voeckler y con usted.

Se trata de una victoria diferente a la del año pasado en Alpe d'Huez. En el Tour de 2011 me llevé una sorpresa, ya que no esperaba rendir al nivel de Contador y Samuel Sánchez, y además poder ganarles. Esta vez, la gente en la escapada me miraba con respeto por lo que hice, se lo noté a veteranos como Basso o Scarponi. Han sido muchos meses de sacrificios y entrenamientos, y he obtenido la recompensa.

Se le dan bien los Alpes.

Los Alpes son mis montañas favoritas. Hace seis meses que sueño con ganar esta jornada. Estoy feliz por vencer en los puertos míticos del Tour, supone una enorme satisfacción. Era todo un reto la táctica que planteamos desde el principio. Kern confió y trabajó mucho para mí. Le dije varias veces que iba muerto, y él me contestó: 'Calla y confía, que les vas a batir a todos'. En ese momento pensé que si en mi formación estaban tan pendientes de mí, no podía dejar pasar esta oportunidad ni defraudarles.

¿Consideró que perdía sus opciones al caerse en el descenso del Mollard?

La bajada de esa puerto era muy peligrosa. Cuando vi que la bici no tenía nada roto, me subí de nuevo y seguí adelante. Fue una sensación fabulosa. Después de los percances que he sufrido durante estas dos semanas, con caídas y pérdida de tiempo por la montonera de Metz, otro accidente no podía frenarme.

Ahora va noveno. ¿Su objetivo es hacer top-ten?

Antes de venir ya sabía que no se trataba de un recorrido para mí, con tantos kilómetros de contrarreloj. Además, tuve la mala suerte de ceder dos minutos imprevistos, pero ahora que me veo entre los diez primeros, espero mantener o mejorar mi posición.