Segunda para Purito

Ganar una etapa como líder de una gran vuelta le da un aire señorial a la victoria. Alzar los brazos enfundado en un maillot amarillo, rojo o, en el caso que nos ocupa, una maglia rosa supone un acto de confirmación. Purito ratificó en Cortina d'Ampezzo que merece vestir la prenda de líder del Giro. Purito confirmó que es el mejor corredor hasta el momento. Purito lanzó un grito simbólico: "¡Aquí estoy yo!". Si, además, el triunfo coincide con el aniversario de la muerte de un amigo, Xavi Tondo, completas la cuadratura del círculo. Tantas emociones provocaron que el catalán no pudiera terminar su rueda de prensa: se echó a llorar cuando le preguntaron por Tondo.

Sin embargo, en la última subida dolomítica del día, en Giau, dio la sensación de que Quim no marchaba para tirar cohetes. Inició la ascensión a rueda de Basso, que comandaba el grupo de seis capitanes. Luego, pasó a la de Scarponi. De ahí, a la de Hesjedal. Otro pasito atrás, y se colocó tras Urán. Por último, se enganchó a Pozzovivo. Ahí empezaron a sonar las alarmas, ya que después del menudo italiano no venía nadie, faltaban dos kilómetros para la cima, y sólo quedaba descolgarse definitivamente. Pero no ocurrió. El que sí perdió contacto antes de coronar fue Scarponi, para enlazar en una valiente bajada.

El sexteto cubrió el Giau prácticamente desde las faldas. Caídos en combate Intxausti y Kreuziger, estos seis mostraron sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Urán y Pozzovivo, que son capaces de ir con los favoritos, pero que les falta un punto de ambición. Scarponi, que es un fondista que no da más de sí ahora mismo. Hes­jedal es un diésel y bastante tenía con aguantar a los escaladores puros, aunque ha atacado cuando ha podido. Basso cuenta con una escuadra temible, pero a ritmo pueden resistirle sus rivales. Purito es un líder sólido, aunque con eso no le alcanzará para conquistar el Giro, ya que en el horizonte se presenta la crono de Milán como amenaza.

En tres días. De cara a Alpe di Pampeago y Stelvio, los cuatro corredores que se encuentran en tiempos de discutirse la Corsa Rosa saben a qué atenerse. Purito debe atacar para ampliar su ventaja. Hesjedal tiene que mantener las distancias como hasta la fecha, y rematar en la crono. Basso pondrá a tirar a sus chicos como posesos para reventar a sus enemigos. A Scarponi le toca la opción menos alentadora, una ofensiva casi desesperada, como la que intentó ayer sin suerte Mikel Nieve en Durán. El Giro, una carrera de tres semanas, se decidirá en tres días a partir de mañana. Y Purito goza de una posición privilegiada. Y sabe qué debe hacer: atacar.

"Tengo una gran ocasión en este Giro"

Michele Scarponi fue claro en el programa de la RAI posterior a las jornadas, Processo alla tappa: "Nos equivocamos al no apretar a Hesjedal cuando pasó dificultades en la primera semana". El canadiense, de casi 1,90 de altura, se aferra al segundo puesto con valentía y sufrimiento. Ya ha vestido la maglia rosa, y acepta la responsabilidad de aspirar al triunfo en Milán: "Tengo una gran ocasión de ir a por este Giro. La crono de Milán me favorece, y en los dos días de montaña que quedan espero aguantar".