Ciclismo | Vuelta a España. 19ª etapa
La Vuelta soñada
El vizcaíno Antón ganó en Bilbao aupado por una afición fabulosa
La victoria del vizcaíno Igor Antón en Bilbao puso un final feliz a varias historias, algunas deportivas y otras no tanto. Empezaremos por lo más obvio. Antón ganó en casa, ante su gente. Y eso, en este deporte nómada, es muy importante. En la memoria de todos los aficionados están esos ciclistas que, no hace tanto, se adelantaban al pasar por su pueblo para saludar a la familia. Había algo chusco y entrañable en esas visitas, de rara humanidad. Antón no se detuvo en Galdácano, hubiera estado mal visto. A cambio, se citó en el puerto que conducía a la meta con amigos, familiares y paisanos en general. Una inmensa parentela que le puso el viento a favor de tanto gritarle vamos.
La victoria de Antón en Bilbao no sólo completa un círculo personal y profesional, sino que también rescata su actuación en la carrera, en la que empezó siendo favorito y se pasó varios días corriendo como derrotado. No es frecuente que los aspirantes hundidos se repongan y se obstinen en un triunfo parcial. Quienes demuestran esa fortaleza de ánimo suelen ser ciclistas especiales, con tanto orgullo como talento. Querer y poder.
La siguiente historia tiene que ver con un color, el naranja. Así se teñían las cunetas en la etapa de ayer y así se tiñen, desde hace años, las montañas del Tour, en los Pirineos y más allá. Es posible que la apropiación de un color sea una de las conquistas más relevantes del Euskaltel Euskadi, pues destaca la fidelidad de la afición hacia un equipo y hacia un proyecto de cantera, antes que hacia un ciclista en concreto. Euskaltel es un equipo de vascos que nos enorgullece a todos.
El último relato trasciende el deporte. La Vuelta regresó al País Vasco 33 años después y el reencuentro fue el propio de dos amantes. El ciclismo está en la esencia de esa tierra y esa tierra está en la esencia del ciclismo. Sólo ciñéndonos a los vizcaínos históricos, daría para una enciclopedia. Vicente Blanco, El Cojo, fue un pionero en el Tour de 1910. Francisco Cepeda fue el primer español que falleció en esa carrera (1935). Luciano Montero fue subcampeón del mundo ese mismo año. Ezquerra, Langarica, Loroño, Gabica, Lejarreta, Gorospe, Gastón, Etxabe, Zarrabeitia Igor Antón. Nombres que sirven para explicar la historia de nuestra pasión por el ciclismo.
Hay muchos responsables de este feliz reencuentro. El más genérico, la sociedad, e incluyo a los políticos. El más concreto, la Vuelta, y en su representación, Javier Guillén, su joven director. Su empeño por volver al País Vasco, no sólo nos ha regalado una jornada inolvidable de ciclismo; también ha propiciado un ejemplo de concordia y convivencia. Diríamos, sin intención de ponernos sensibleros, que el deporte ha vuelto a triunfar.
Ataque.
En el capítulo de los vencedores no hay que olvidarse de quien será el gran vencedor de la Vuelta cuando llegue a Madrid, Juanjo Cobo. El líder fue atacado por Froome en la última ascensión a El Vivero y respondió con la seguridad de un marcador central. Transcurridas 19 etapas, da la impresión de que el equipo Sky tiene balas para zorros, pero no para bisontes. Hasta esa historia acabará bien. Esperamos.