"Lucharemos por todos los sprints bonificados"

Enhorabuena por su primera victoria en una grande, aunque no alcanzó el maillot rojo.

Lancé un ataque para conquistar la Vuelta. Luego, tuve que conformarme con el triunfo de etapa, que tampoco es poca cosa. Fue una de las jornadas más complicadas de mi vida, por la dureza y la tensión de lo que nos estábamos jugando, ya que se trataba de la última llegada en alto de la carrera, y una de las pocas oportunidades que nos quedan hasta Madrid para remontar a Cobo.

(A la exigencia del día también hay que sumar el ambiente en contra de Peña Cabarga. Wiggins desveló en Twitter que el público cántabro, volcado con el líder, le gritaba a Froome: "Si ganas, te matamos". En el podio también fue abucheado).)

¿Cuándo decidió pasar a la ofensiva?

Vi la subida de la edición del año pasado, así que esperé al final, a unos 800 metros de meta, donde sabía que se podían conseguir diferencias. Pensé que iba a ser suficiente el hueco que abrí con Cobo, pero me cogió. Luego flaqueó y vencí: resultó una jornada muy electrizante.

¿Sorprendido por sus prestaciones? ¿Cómo valora su actuación hasta la fecha?

Mi sueño siempre ha sido convertirme en un corredor de generales en grandes rondas. No esperaba que tocara tan pronto mi ocasión de brillar, así que hablamos de un sueño hecho realidad el poder pelear hasta Madrid por la Vuelta.

¿Intentará lograr bonificaciones en alguno de los ocho sprints intermedios que faltan por disputarse?

No he pensado aún en las bonificaciones, sólo tenía en mente la etapa de Peña Cabarga para desbancar al Bisonte, aunque quizá ahora la única manera de hacerlo sea en los sprints, así que en el equipo lucharemos por ellos.

¿Sería en este momento el líder de la Vuelta si no hubiera tenido que trabajar para Wiggins?

Es muy fácil mirar atrás y suponer, pero las cosas han salido como han salido, y no debemos enfocar la vista al pasado. He trabajado muy a gusto para Bradley, he aprendido mucho a su lado y estoy muy orgulloso del papel realizado hasta ahora. Se trata de un gran compañero y un grandísimo ciclista, y lo ha demostrado en estas tres semanas.

(Wiggins, el capitán derrocado, tercero en la general, a 1:41 de Juanjo Cobo, califica al que fuera su gregario hasta hace bien poquito como la "revelación absoluta de la Vuelta, un descubrimiento para las grandes carreras; tiene motor y piernas para conseguir cosas importantes").