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Ciclismo | Vuelta a España

La hora de los rebeldes

El norte recibe la segunda parte de la Vuelta a España con los españoles obligados a recortar tiempo. Hoy, en el Alto de La Manzaneda, llegará la primera oportunidad. Sky, el equipo del líder, se las promete felices, pero Froome no parece dispuesto a entregar el maillot rojo a Wiggins.

La hora de los rebeldes
dani sánchez

La Vuelta a España se pone bonita, más aún. Para empezar, llueve. Lo hizo ayer y los pronósticos anuncian que lo seguirá haciendo hoy, lluvia gallega, de la que engorda las patatas y engolfa los pimientos. En esas condiciones bajarán los ciclistas las carreteras que conducen hasta el puerto de Cabeza de Manzaneda, donde el Real Madrid hacía la pretemporada en tiempos lejanos y pregalácticos.

Allí, en la provincia de Orense, los ciclistas velaron armas y recuperaron fuerzas en preparación de lo que se viene encima: el norte, el puro norte, lluvioso, revirado, montañoso y delicioso, siempre que se observa desde la tele o frente a un plato de pulpo. Allí disfrutó Purito de uno de los placeres prohibidos hasta para los ciclistas más intrépidos: la siesta.

Antes del reposo vespertino hubo entrenamientos para que no se entumezcan las piernas, conferencias de prensa y, entre un cosa y otra, el enésimo repaso del libro de ruta.

Rebelde.

Y entre los ilustres conferenciantes, Froome (digan frum), el líder. Y junto a él, Wiggins, para dejar clara la jefatura. Sin embargo, y pese a la impecable puesta en escena, las palabras del maillot rojo dejaron aroma de revolución. "El ciclismo sería aburrido si todo fuera según lo previsto. Queremos honrar el liderato porque tenemos muy presente a Txema González (asistente de Sky fallecido en la Vuelta 2010) y sería fantástico si llegamos de líderes a su ciudad, Vitoria (penúltima etapa)".

"A diferencia de Voeckler en el Tour, yo no me he aprovechado de ninguna fuga con suerte. He estado todos los días con los mejores de la clasificación general y deseo mantener el maillot el mayor tiempo posible". Y una revelación: "En noviembre padecí una enfermedad causada por lombrices (esquistosomiasis) que contraí en Kenia (su país natal). Después de la Vuelta a Suiza tuve que repetir el tratamiento y por eso no fui al Tour. Creo que ahora ya estoy recuperado...".

Así transcurrió la jornada de descanso, más merecida aún tras el traslado de Salamanca a Monforte (325 km). Entre sueños de grandeza y sueños con ronquidos. Hoy se inicia otra historia. A partir de esta tarde la Armada Española y el Almirante Purito están obligados a recortar tiempo. Faltan cuatro finales en alto (hoy el primero) e incontables emboscadas. El norte y la lluvia juegan a favor de los rebeldes y Froome será uno de ellos.