Ciclismo | Vuelta a España. 8ª etapa
Purito, rey del repechón
La etapa prometía y no decepcionó. Tampoco falló el principal favorito para hacerse con el triunfo. Purito Rodríguez, ganador en Valdepeñas de Jaén, repitió en otro final para escaladores explosivos. Esta tarde tratará de ampliar su ventaja con los contrarrelojistas.
Purito Rodríguez consiguió ayer su segunda victoria (otra final en pared) y es el nuevo maillot rojo de la Vuelta, el quinto líder en ocho etapas. Cumplida una semana de carrera no hay otro aspirante que sostenga con tanta evidencia y publicidad su condición de favorito. Ni siquiera Nibali lo hace. El Tiburón perdió en meta 32 segundos, lo que le convirtió, extrañamente, en el peor de los mejores. Quizá acusó la caída del día anterior. Tanto para él como para el resto de candidatos ya existe una coartada. Para Purito no. Sus planes son públicos y notorios: sacar tiempo ahora, no perder mucho en la crono y sentenciar después. En definitiva: ganar sin disimular.
La victoria de Purito fue incontestable, como en Valdepeñas de Jaén. Su equipo tomó el mando en los últimos kilómetros y él remató la faena con piernas ágiles y seguridad asombrosa. Scarponi y Van den Broeck, los primeros en atacar, cedieron nueve segundos, igual que Mollema (Rabobank), vencedor del Tour del Porvenir en 2007 y una de las revelaciones de la carrera. La otra podría serlo el sueco Kessiakoff (sexto en la general), excepcional caso de reconversión deportiva: hace tres veranos abandonó su exitosa carrera en la bicicleta de montaña para dedicarse al ciclismo de carretera. Esta temporada, a los 31 años, ha ganado la Vuelta a Austria y en España disfruta de finales mountain como el de ayer.
En general, la desventaja de los ilustres entró dentro de la razonable. Igor y Menchov, visiblemente recuperados, entregaron 15 segundos; Nieve, Zubeldia, Brajkovic, Wiggins, Dani Moreno o Bruseghin se dejaron 20. Sólo Sastre se descolgó y perdió 1:32.
Especialistas.
Los tiempos ofrecen pistas sobre las fuerzas y ambiciones de cada cual, pero no son concluyentes. Subidas con tanto porcentaje como Valdepeñas o El Escorial favorecen a los escaladores explosivos y perjudican a los fondistas de mayor osamenta, tipo Wiggins. Por eso resultará interesante contrastar esos resultados en un puerto como La Covatilla, más convencional.
Por cierto, Freire se retiró y nos dejó compuestos y sin ídolo. Le dolía el pecho, lo que nos duele a nosotros ahora. También se marchó Farrar, malherido el día anterior. Mala carrera para los velocistas; buena para todos los demás.