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Vuelta a España | Primera etapa

Nibali defiende corona

Igor Antón asoma como un claro aspirante a la victoria final

<b>PRESENTACIÓN. </b>Los equipos de la Vuelta a España se presentaron ayer en la Playa de Poniente de Benidorm, donde hoy saldrá la crono por escuadras. En la imagen, el Euskaltel.
DANI SÁNCHEZ

Modo de uso: no la comparen con nada, olviden el verdor del Tour y las cumbres nevadas del Giro. La Vuelta, especialmente desde que se instaló en la canícula, tiene naturaleza propia; amarilla, para más señas. Más que un medidor de talentos esta carrera es un medidor de valientes. Aquí vienen los que se atreven, los españoles en busca de gloria y, por qué no decirlo, los desheredados internacionales. O dicho de otro modo, más nocturno y juvenil: si el Tour es la discoteca, la Vuelta es el afterhours, el último baile, una fascinante reunión de trasnochadores, irreductibles y toreros del Huesitos.

Véanlo. Nibali defiende título porque Contador corrió el Giro y lo ganó. Básicamente. El motivo de ilustres como Brajkovic, Klöden, Wiggins y Van den Broeck es que fueron derribados por el toro salvaje del Tour. Los dos últimos no han disputado una sola carrera después de aquellas caídas, lo que les convierte en sospechosas incógnitas. Ya saben lo que nos cuesta fiarnos de las figuras extranjeras. Demasiadas veces vienen a lucir palmito, como si aquí no se repartieran fama, dinero y besos de guapas. Y se reparten. Pregunten a Nibali, Rominger, Giovanetti o Pagnin, a todos aquellos que hicieron carrera deportiva o amorosa.

Sobre los españoles no hay dudas. Además del vigente campeón, Igor Antón asoma como un claro aspirante a la victoria. Su primer reto será no caerse y en este sentido le acompaña la estadística: es poco probable caerse tantas veces seguidas. Diré, no obstante, que su fragilidad es parte de su encanto. Purito es otro candidato real y sentimental. Es fogoso, batallador y el pasado año no le faltó nada; sólo le sobró una contrarreloj. Todo eso sin olvidar al Geox de Sastre y Menchov (ruso de Pamplona).

Los velocistas merecen capítulo aparte. La Vuelta reúne a Cavendish, Petacchi, Farrar, Freire o Boonen. No es casualidad. En muchos sentidos, los sprinters son los ligones del pelotón, los que más besan y son besados, los que nunca se pierden una última ronda y menos aún si tiene bonificaciones (20, 12 y 8). También influye, no lo negaré, la cercanía del Campeonato del Mundo (Copenhague, 25 de septiembre).

Desafíos.

El recorrido hará el resto. Los jóvenes rectores de la Vuelta gustan de los desafíos permanentes y en esta edición El Escorial, La Farrapona y el regreso del añorado País Vasco (33 años después) se suman al salpicón de montañas y finales con picante.

La emoción está asegurada desde la crono por equipos de hoy y sólo se escaparán de ella Moncoutié, que ganará una etapa, y Cavendish, que ganará más de una. De modo que prepárense a donar las siestas por una buena causa: empieza la Vuelta, nuestro país y nuestro calor.