Tour de Francia | 12ª etapa
Samuel es de oro
Luz Ardiden volvió a hablar español. Samuel Sánchez atacó en el descenso del Tourmalet y se exprimió hasta ganar la etapa. Peor le fue a Alberto Contador. El tricampeón dio síntomas de debilidad y perdió 33 segundos con Frank Schleck y 13 con Andy, Evans y Basso.
Cara y cruz. La cara la pueden observar varios centímetros a estribor. Grito de euforia, alegría desgarradora, perfecta dentadura de tiburón. Ahora adviertan los detalles dorados: el casco, la montura de las gafas, la cinta del manillar, las zapatillas, los ribetes de mangas, guantes y calcetines, las rayas del maillot, el pendiente que no se aprecia y la tija que no se ve. Desde que Samuel Sánchez ganó el oro olímpico en Pekín mantiene una estrecha relación con el único metal precioso que provoca fiebre. La idea es motivarse, no olvidar jamás lo conseguido y hacer que los demás también lo tengan presente. Campeón olímpico, oro puro, abran paso.
El Plan.
Y parece que funciona. Samuel no ganó ayer favorecido por la situación de la carrera. Lo suyo fue distinto y está al alcance de muy pocos: oteó el horizonte, trazó un plan y lo llevó a cabo. Atacó en el descenso del Tourmalet y fue conociendo gente hasta intimar con Vanendert, que quedó cegado por el oro. Por eso apenas encontró resistencia y en meta tuvo tiempo para las dedicatorias divinas y terrenales, también para ese grito que le debió adelgazar dos kilos.
De otro diríamos que ya ha cumplido, pero de Samuel diremos que es octavo en la general y que el podio (en 2010 fue cuarto) también reparte oro. De momento y en adelante le veremos vestido con el maillot de rey de la montaña, puntos rojos a los que habrá que poner un toque dorado.
Vayamos ahora con la cruz. Contador se descolgó en los últimos 500 metros y perdió 33 segundos con Frank Schleck y 13 con Andy, Basso y Evans. Más que el tiempo perdido, inapreciable si se mira con distancia, preocupa el síntoma. Para no sufrir por anticipado obviaremos los diagnósticos fatales y apostaremos por los pronósticos optimistas. La esperanza es que haya sido un mal día, la última secuela de una rodilla que ya se está curando. La ilusión es que los campeones sean gente distinta y resulte cierto eso que cuentan, que se crecen ante la adversidad.
En cualquier caso, y analizado el panorama, no parecería mal resultado salir vivo de los Pirineos. Otros no podrán soñar siquiera con eso: Klöden se dejó 8:26 y Gesink 17:44. Lo suyo sí es un mal diagnóstico.