Contador afronta "sin molestias" los Pirineos

Al fin se avista la montaña del Tour. Hoy llegan los Pirineos tras once etapas, donde los nervios y las caídas han eliminado a varios favoritos (Wiggins, Brajkovic, Horner o Vinokourov) y dejado mella en otros, como Contador, Gesink y Klöden. Los últimos 80 kilómetros de esta tarde encadenarán tres puertacos: Hourquette d'Ancizan (9,9 km al 7,5%), Tourmalet (17,1 km al 7,3%, que vuelve a ser punto de paso tras celebrar en la edición de 2010 su centenario) y Luz Ardiden (13,3 km al 7,4%, con rampas de desnivel máximo del 12%).

Mañana, entre Pau y Lourdes, se subirá el Aubisque, cuyo larguísimo descenso desembocará en la línea de meta. El sábado concluirán las jornadas pirenaicas con dos cimas de primera, dos de segunda, una de tercera y el final en Plateau de Beille, donde Alberto Contador logró su primera victoria en la ronda gala en 2007, año también de su primer Tour de Francia.

El madrileño parece prácticamente restablecido de sus molestias en la rodilla derecha. Sin embargo, condiciona a su estado físico su actitud en Luz Ardiden: "La rodilla me ha respondido bien y por eso estoy muy contento, pero hay que tener en cuenta que no hemos ascendido aún el Tourmalet. Debo comprobar cómo me encuentro y, en función de las sensaciones, tomaré una decisión en el último puerto".

Contador considera que, pese a la desventaja que lleva en la general respecto a hombres fuertes como Evans, los Schleck, Klöden o Basso, tienen que ser "otros" los que se lancen a la ofensiva: "La iniciativa recaerá en otros corredores. Ahora mismo, continúo recuperándome de mis caídas, así que quizá mi oportunidad llegue más tarde. Al tratarse del primer día de montaña, veremos a la gente a la expectativa". Después de insistirle, no se cortó al señalar: "Deberían lanzar la carrera los hermanos Schleck". En este Tour se ha afilado el juego psicológico.

Sobre la relevancia de Pirineos y Alpes en el desarrollo de la ronda gala, dividió su importancia "al 50%": "Los dos dejarán claras las cosas". Por último, señaló que prefiere la lluvia al calor, "porque hace las veces de hielo" para su rodilla.