Gilbert se convierte en leyenda en La Decana

Histórica y espectacular. La última semana que se ha marcado Philippe Gilbert merece estos dos adjetivos. El belga ha ganado las tres clásicas de las Ardenas del tirón (como Rebellin, en 2004), a las que añade la Flecha Brabanzona unos días antes de empezar a cobrarse piezas en su coto privado de caza: Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja. Ayer se llevó La Decana con una superioridad insultante sobre los hermanos Schleck, una victoria con la que el valón soñaba desde que era un crío, ya que esta prueba transcurre por su región, en las carreteras donde se entrena, al lado de su casa de Verviers.

Los Schleck fueron los encargados de romper la carrera en La Roche aux Faucons, penúltima cota del recorrido. Al hachazo sólo respondió Gilbert, siempre atento en cabeza, al que no le pesa asumir el rol de gran favorito. El resto de los corredores llamados a disputar el triunfo no pudo o no supo reaccionar. Por delante, poco a poco iban cayendo los supervivientes de la fuga, hasta que en Saint Nicolas fue el propio Gilbert quien apretó las tuercas a los luxemburgueses. Si se quedaron sin fuerzas o sin ganas de atacarle, no lo sabemos, pero el caso es que hasta meta no intentaron ningún movimiento, cuando al sprint son claramente inferiores al belga, como así se demostró.

Entre los españoles, el mejor fue Samuel Sánchez, décimo. Su compañero Igor Antón terminó 14º. Purito, segundo en 2009, achacó a unos problemas de alergia su discreto 26º puesto. En cambio, destacado el papel de Óscar Freire, 15º, como casi siempre a salvo de otro naufragio de Rabobank.