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Ciclismo | La Vuelta a España

Que siga la fiesta

El temible Rat Penat anuncia hoy más ataques de los favoritos

<b>LA FELICIDAD DEL PRIMERO. </b>El vizcaíno Igor Antón posó ayer en Tarragona, durante el día de descanso, con su maillot rojo de líder de la Vuelta a España.
JESÚS RUBIO

Es imposible imaginar la Vuelta en una situación mejor. Dos españoles lideran la carrera con el mismo tiempo y un extranjero amenaza (quizá demasiado) a sólo dos segundos de la cabeza. La pelea, además, admite otros invitados, todos los que caben entre Tondo (a 42s) y Sastre (2:21). Es decir: Plaza (1:15), Mosquera (1:18) o Frank Schleck (1:47). Por no mencionar a Arroyo (2:15), al que se nota muy magullado, o al mismísimo Menchov (3:29), que bien podría tener un ataque de bravura y llevarse a alguien por delante.

Y estos son los pronósticos razonables, pero hay otros. Dado que Euskaltel tiene problemas para controlar la carrera, no se puede descartar que otra escapada como la de Alcoy coloque con opciones a algún corredor que aún no somos capaces de distinguir. Pienso en Moncoutié, Kreuziger o Kashechkin, ese tipo de ciclistas. Y podría suceder hoy mismo, con el temible Rat Penat (traducir como "murciélago") a 30 kilómetros de la meta.

Por lo que respecta a Antón y Purito, el primer desafío será demostrar que están en condiciones de prolongar su rendimiento. Hasta ahora se han visto favorecidos por las escaladas explosivas (hoy también), pero a partir de Andorra los puertos serán más favorables para Nibali, el Tiburón que nos acecha.

El caso del italiano es particular. Empezó la temporada en enero con una victoria en Argentina (Vuelta a San Luis, siete etapas), fue tercero del Giro, en junio ganó el Tour de Eslovenia (cuatro jornadas) y llegado septiembre está peleando la Vuelta con serias opciones de ganarla. La teoría de la dosificación de esfuerzos queda en entredicho. A los 25 años se puede con todo. Hasta disputar la Vuelta sin estudiarse el libro de ruta. Así está corriendo el joven Vincenzo: improvisando.

Pero volvamos al dúo de cabeza. Antón ejerció ayer de líder feliz y exhibió en igual medida maillot colorado y blanca sonrisa (observar retrato y advertir pachorra). "Que me quiten lo bailao", resumió.

Purito, por su parte, sigue mascullando su mala fortuna, maldiciendo ese segundo que le ha impedido llegar a casa vestido de rojo pasión. En cualquier caso promete batalla ("he venido a por todas") y pone en cuestión el poderío de Nibali. "Su equipo no se ha dejado ver cuando ha tenido ocasión; sólo Katusha ha pasado al ataque".

Hoy se repetirán las escaramuzas en el Rat Penat. La montaña, con pendientes de hasta el 18%, se anuncia terrible y tanto Euskaltel como Caisse d'Epargne inspeccionaron ayer sus rampas. La conclusión es que la subida resulta tan dura como peligrosa la bajada, donde la inclinación es mucha y el asfalto escaso. Diré, para aliviar la tensión, que el paraje es hermoso y el plácido Mediterráneo se contempla desde las lomas del puerto, caso de que queden fuerzas para levantar la cabeza.

En casa.

En teoría, la incursión por Cataluña debería favorecer a los catalanes en disputa, empezando por Purito y continuando por Tondo, que ha llegado al cuarto puesto pensando como un gregario. Quién sabe hasta dónde puede alcanzar si le sueltan las riendas.

La carrera está que arde y prosigue su discurso: si lo de hoy es bueno, verán mañana.