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Ciclismo | Vuelta 2010 | 1ª etapa

El primer rojo

Columbia ganó la crono y Cavendish estrena maillot de líder

<b>FRENTE A LA MAESTRANZA. </b>El equipo Columbia inicia su vertiginosa carrera por las calles de Sevilla. Ningún equipo hizo mejor tiempo.

Salió bien. Alumbrar Sevilla por la noche es como iluminar a una guapa con un foco. Sigue siéndolo, incluso brilla. La novedad fue tan sugerente como cinematográfica y por una vez no sentimos envidia de la colección de castillos y paisajes que nos muestra la televisión francesa en cada etapa del Tour. En esta ocasión ganamos nosotros. La ciudad lució como corresponde y el público sevillano respondió con el entusiasmo que acostumbra. No es un secreto: gustan las fiestas y esta lo era. La prueba: el Ayuntamiento estima que unas 250.000 personas salieron a la calle para seguir la carrera.

Cumplida la novedosa jornada, Mark Cavendish fue quien estrenó el maillot rojo de líder, otro loable esfuerzo de la organización de la Vuelta por diferenciarse y hacer atractiva la carrera. También funcionó. El británico Cavendish es una estrella del ciclismo que dará prestigio al estreno (ha ganado 15 etapas del Tour y una Milán-San Remo, entre otras) y su imagen vestido de colorado fue tan esperada que hasta nos olvidamos de calibrar el donaire de las azafatas.

El triunfo del Columbia no fue una sorpresa: el equipo repitió su victoria del Giro 2009, cuando también colocó como líder a Cavendish, aunque entonces con un pálido maillot rosa. Suyo será el protagonismo en estas primeras etapas y no se me ocurre mejor embajador de la carrera y del maillot de Custo.

Lo sorprendente sucedió por detrás. Si ordenamos las decepciones por su tamaño hay que empezar por señalar que el Rabobank, con Menchov en su seno, firmó una pobrísima contrarreloj, en el puesto 18º y a 36 segundos de los ganadores. Se explica mal, a no ser que les confundiera la noche. Tampoco el Caisse d'Epargne estuvo a la altura de las circunstancias (cedió 25 segundos), sólo un segundo mejor que el Xacobeo y dos por delante del Euskaltel.

Las pérdidas del resto de favoritos son insustanciales, pero en el caso del Saxo Bank de los Schleck (+12s) la caótica llegada del equipo apunta a que uno de los hermanos se pudo quedar sin aire. Recuerdo que Cancellara, ciclista con motor, es la máquina de esa locomotora.

El Liquigas de Nibali fue el segundo clasificado, a sólo diez segundos, y el Cérvelo de Sastre ocupó la cuarta posición, a 13s. No hay bromas para quien acumula tantos kilómetros en el lomo.

Disputada la primera jornada no se pueden extraer grandes conclusiones, pero los apuntes sirven. Quien parecía principal favorito flojea en el acompañamiento y mientras la predisposición de los Schleck sigue siendo una incógnita, las intenciones del tiburón Nibali parecen deliciosamente aviesas. Sastre sigue en lo suyo y los españoles también, incluido el Caisse d'Epargne. Habrá carrera.

Y las emociones tendrán continuación hoy mismo camino del mar. Será de día, para que brillen el maillot rojo y Marbella, que también tiene lo suyo.