¿Qué supone para usted, con 41 años, llevar el dorsal número uno de la Vuelta a España?

Es una alegría y un gesto bonito por parte de la organización. La Vuelta es mi carrera, nunca he fallado desde que pasé a profesionales en 1994, y todos los años quiero estar ahí. El número uno es un dorsal especial que a cualquier corredor le gustaría llevar. Estoy muy agradecido a Javier Guillén (director de la ronda).

Después de tantas experiencias, ¿cuál es su mejor recuerdo?

Precisamente la Vuelta de mi debut, ese mismo 1994, ya que se trataba de mi primer año y de la última vez que la prueba se disputó en abril. En 1995 ya pasó a septiembre. Para mí, esta carrera es como una obligación, parte del significado de ser ciclista. En 17 años participaré en 17 Vueltas. Es algo muy especial.

¿Su secreto?

Sigo cuidándome y entrenándome igual que cuando era amateur. Mantengo la ilusión del primer día, me levanto a entrenar pronto, llevo una dieta sana, rica en proteínas, y duermo las horas necesarias para descansar bien.