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Ciclismo | La ruta del Tour

El día en el que la ONCE hizo temblar a Indurain

Jalabert estuvo a punto de quitarle el liderato en 1995.

Bernardo Salazar
<b>ETAPÓN. </b>Jalabert, Peron y Bottaro, en los kilómetros finales.
getty

Mende sólo tiene 12.000 habitantes, pero con eso le llega para ser la capital del departamento de Lozère y para haber sido nombrada dos veces ciudad más deportiva de Francia, por sus 80 asociaciones y por sus estupendas instalaciones. Pero Mende es aún más recordada por una etapa del Tour de 1995, el quinto y último de la era de Miguel Indurain. Fue el 14 de julio, día de la Fiesta Nacional de Francia. Estábamos en la 12ª etapa y Miguel parecía tener ya el Tour controlado, cuando llegó la emboscada en un recorrido rompepiernas que en principio parecía no albergar peligro.

Jalabert atacó a 198 km de meta y se le unieron otros cinco corredores, dos compañeros de la ONCE, el australiano Stephens y Melchor Mauri, que estuvo inmenso, y tres italianos, Peron, Bottaro y Podenzana. Por un terreno de sube y baja los fugados rodaron a más de 41 km/h. Su ventaja era de 10:40 a 91 km de meta. Jalabert era líder virtual con 1:24 sobre Indurain. El Banesto se veía impotente para reducir la ventaja de los galgos. Durante largos minutos los que estábamos en aquel Tour sentimos algo así como cuando Robben se fue solo hacia Casillas.

Pero cambió el viento. Mapei y Gewiss, por sus intereses cara al podio, y Polti y Novel, por favores debidos o por espíritu mercenario, empezaron a ayudar al Banesto. Aun así la fuga llegó con 5:41 de ventaja. Jalabert ganó la etapa, se metió tercero en la general y sentenció el maillot verde; Mauri subió al quinto puesto y la ONCE aseguró el triunfo por equipos. Era la primera vez que se llegaba a Mende y la corta pero durísima cuesta que deja a 2 km de meta fue bautizada como Montée (subida) Laurent Jalabert.

Fue un día que marcó para bien y para mal a Manuel Saiz, director del equipo. Algunos alabaron su estrategia y otros criticaron que el dinero que se gastaban los españoles en cupones de la ONCE sirviera para intentar que un extranjero derrotara a Indurain en el Tour.

El Tour llegó otra vez a Mende en 2005 y esta vez ganó el gallego Marcos Serrano, el más fuerte en la fuga, que militaba en el Liberty, otro equipo de Manuel Saiz.