"Ahora sólo debo seguir la rueda de Andy"

¿Qué conclusiones saca de la etapa?

Muy buenas. Al final se sacaron diferencias increíbles, más de las que me podía esperar. Esto demuestra que el día de descanso puede pasar factura.

En La Madeleine colaboró con Schleck.

Llegamos a un buen acuerdo por el bien de los dos. Teníamos que sacar cuanta más diferencia mejor con todos los rivales y al final lo conseguimos. Con Schleck me compenetré muy bien.

¿Es un Tour a dos?

No es que el Tour se haya convertido en un mano a mano pero sí que está claro quién es el rival al que tengo que batir si lo quiero ganar. Es Andy Schleck, ya llevaba días diciéndolo. Intentó dejarme en La Madeleine en cuatro ocasiones pero no lo conseguía.

¿Se encontró bien?

Tuve mucho mejores sensaciones que el día de Morzine-Avoriaz.

Y ahora, ¿qué?

Sé que la misión a partir de ahora es seguir la rueda de Schleck. Es mucho más fácil ocuparse de un corredor que no de muchos más. Hay que mantener la calma hasta que lleguen los Pirineos.