Ciclismo | Tour de Francia
El enemigo es Andy
Samuel fue 2º, Contador cedió 10" y ¡Armstrong perdió 11:45!.
Contador no es intocable. Andy Schleck está en plena forma. A Evans no será fácil quitarle el amarillo. Así está el Tour. Hay partido. Menos para uno. Armstrong está liquidado tras perder 11:45 en meta. El siete veces ganador de esta carrera enterró en La Ramaz y luego en Morzine-Avoriaz cualquier opción de seguir haciendo historia a sus 38 años. Nunca se le había visto así, cayéndose dos veces (en el kilómetros 6 y, la clave, a 50 km de meta) o tropezando torpemente con un Euskaltel cuando ya andaba descolgado, sin ganas, ni fuelle ni equipo. El Tour derrotó en 1996 a Miguel Indurain muy cerca de aquí, en Les Arcs. Fue el gran desfallecimiento. "Se me nublaban los ojos", dijo entonces el navarro. A Lance no se le nubló nada ayer. La suya fue otra manera de perder. Ni mejor ni peor. Se cayó antes de La Ramaz, se pegó un calentón para coger al grupo antes del ascenso y ahí el Astaná le liquidó con un ritmo matador. Está por ver cómo se comporta hasta París. Si le queda algún conejo por sacar de una chistera con agujeros.
La lucha por el maillot amarillo seguirá sin él. Evans se quitó el de campeón del mundo para enfundárselo. Lo hizo como siempre, al contragolpe y sin mostrar sus cartas. Los titulares serán pues para otros aunque no sería extraño ver al australiano en el podio de París pese a que cuesta creer que sea como primero.
Pasaron tantas cosas en los dos últimos kilómetros de la subida a Avoriaz que cualquier héroe anterior de la etapa quedará minimizado por el desenlace, de la etapa y de la general. Había llegado hasta ese punto Contador con el camino trazado por las semillas de Tiralongo, Vinokourov y, sobre todo, de Dani Navarro, el gregario que esperaba tener en montaña.
Navarro y Contador se comieron todo el aire de Avoriaz. El de Pinto asumió como suyo el error. "Nos equivocamos", dijo. Ese exceso se convirtió en carencia de fuerza en el momento en que la etapa y el liderato se pusieron en juego. Kreuziger rompió el molde en que se había convertido el grupo de los elegidos, con no más de doce miembros, todas las estrellas. Contador salió a esta primera, a la segunda (Gesink) pero a la tercera se quedó sin aliento. Tarde apareció Andy Schleck. "Vi a Contador que no respiraba bien y mandé a Andy que atacara", dijo Biarne Riis.
El luxemburgués se marchó de Contador, al que dejó sentado y recapacitando el porqué de ese momento inadecuado. Pero Andy no pudo distraer a Samuel Sánchez, entre los mejores otra vez al igual que Carlos Sastre.
El sprint.
La partida estaba echada. Para Samuel, más rápido, debería ser la etapa y para Schleck, inútil sprinter, los segunditos para París. El asturiano encaró primero los últimos 600 metros. Error. Empezó primero a sprintar. Error. Se le acabaron las fuerzas a 75 metros de la meta. Normal. "Me he equivocado. No pensaba que fuera tan duro", reconoció nada más recuperar el resuello. Schleck lo tuvo sencillo para tomarse la revancha de Pekín 2008.
Evans, Schleck y Contador, por este orden, copan el podio en 1:01 provisional del Tour. Probablemente sea el mismo de París pero con diferente orden. Hay una conclusión incuestionable. Contador es humano.