El castillo de Ana Mª Luisa de Orleans

Ya he puesto a enfriar la botella de Dom Pérignon y sacado de sus estuches los cálices de plata de Berlusconi previendo que tenga que utilizarlos el domingo como hicimos hace dos años ¿verdad Borja? Pero el Tour sigue su camino. Siempre me ha llamado la atención el gran número de pueblos que existen en Francia dedicados a santos desconocidos. Incluso he llegado a dudar de la existencia de muchos de ellos. En la etapa más larga de este año se atraviesa la villa de Saint Fargeau. En el año 980, un hijo bastardo del rey Hugo Capeto levantó un edificio como residencia de sus aventuras cinegéticas. Se llamaba Heriberto, era obispo de la cercana Auxerre y se lo dedicó a Saint Fargeau. Perteneció sucesivamente a varias importantes familias hasta que en 1652, la duquesa Ana María Luisa de Orleans fue desterrada de París por su primo el rey Luis XIV a cinco años de exilio.

Conocida como La Grande Mademoiselle y teniendo una de las mayores fortunas de Francia, hizo del castillo de Saint Fargeau su residencia y lo embelleció de forma considerable. Permaneció oficialmente soltera, pero la prensa rosa de la época apunta que cuando tenía 43 años se enamoró de un atractivo joven pisaverde. Sugieren que se casó secretamente, pero que el joven Lauzun la abandonó en cuanto hubo llenado considerablemente su bolsa. Posteriormente el castillo pasaría a la familia Lepeletier, uno de cuyos miembros votó a favor de la muerte de Luis XVI. En la actualidad puede alquilarse para toda clase festejos familiares. El marco merece la pena.