Armstrong: "Tanta gente en la cuneta es una maldición"

Un perro ha sacado de quicio a Armstrong. Quiso cruzar la ruta del Tour en el kilómetro 70 con la mala suerte de que pasaba el pelotón por allí. Klöden y Leipheimer, nombres ilustres del RadioShack, se fueron al suelo. Tienen "contusiones múltiples" como dice el parte médico, como también otras víctimas del perro: Basso, Millar o Ivanov. "El final ha sido una mutilación. Tener miles de personas viéndonos en las cunetas es una bendición, pero también una maldición, ya que nos hace estar supernerviosos durante todo el día", dijo Armstrong, liberado de peligros.

Los peores daños colaterales se los llevaron Juan José Oroz (Euskaltel) y Adam Hansen (Columbia). El navarro entró el último en la línea de meta. Fue trasladado a la Clínica Europa de Bruselas para verificar el estado de la muñeca derecha. Afortunadamente no hay fractura y va a poder tomar la salida en la etapa de hoy. Hansen podría tener la clavícula rota.

Freire, que también se cayó, no se mostró demasiado pesimista pese a su mala suerte. "Espero que sólo tenga algún rasguño sin importancia y que pueda volver a tener la oportunidad de ganar una etapa", dijo.