Arroyo responde a la refriega del Liquigas

David Arroyo salvó su cuarto día en rosa sin daños. Aunque tuvo que estar atento en el final de la etapa, un puerto de 9,5 km con rampas tendidas (4,5%). El Liquigas imprimió en él un ritmo muy fuerte y, a 500 metros de meta, atacaron sus jefes, Basso y Nibali, junto a Scarponi, con la idea de restarle unos segundos al talaverano. Pero Arroyo respondió con solvencia pegándose a rueda de los atacantes para marcar el mismo tiempo. Sí cedieron unos segundos Sastre (cinco) y el australiano Porte (ocho).

Esa fue la refriega de los favoritos. Casi diez minutos antes llegó el francés Damien Monier, el primero de una escapada de 19 corredores que pusieron distancia en el km 34. Entre ellos estaba el madrileño Dani Moreno que puso un enorme interés en esta etapa y, por lo que se vio, quizás era el más fuerte. Pero se le fue el tren cuando a 12 km de meta Monier se marchó con el alemán Hondo y el holandés Kruijswijk. Dani trató de alcanzarlos solo, luego junto al británico Cummings y finalmente aceleró en el puerto. Pero llegó tarde (a 1:05).

La etapa tenía un peligro: el Palade Gampenjoch, un puerto de categoría especial, de 18,8 km con un comienzo brutal (2,5 km al 11%). Aunque de la cima a meta quedaban 66 km, un ataque organizado podía dejar un buen grupo por delante y crear un fuerte hueco si alguien importante se quedaba atrás. Pero nadie se movió. Los ases guardan toda su munición para los dos etapones de mañana (con el Mortirolo) y de pasado (el Gavia).

Por ello es probable que Arroyo viva un día tranquilo en la etapa llana de hoy, en la que será la última ocasión de los modestos de buscar el triunfo. Las tres jornadas restantes están reservadas para la lucha final de los capos.