Pineau gana fugado la pelea al pinganillo

Las etapas llanas cumplen un guión tan estricto que resulta muy difícil salirse de él: fuga consentida por el pelotón, cálculo milimétrico del tiempo a recortar a través de la tiranía del pinganillo, caza y final al sprint. Los escapados raras veces obtienen premio a su valentía. Pero ayer fue uno de esos días, tan apreciados y buscados: Pineau, Fouchard y Arashiro se vieron jugándose el triunfo después de que los equipos de los velocistas especularan en su persecución. Los tres escapados se entendieron en los relevos hasta el ultimo chilometro, y Jerome Pineau, más rápido y experimentado que sus dos compañeros, ganó con autoridad.

Hasta la fecha, aún no hemos disfrutado de una volata pura en este Giro de Italia, de un enfrentamiento directo entre Greipel, Farrar y Petacchi, los tres mejores sprinters de la carrera. En Holanda, por culpa de las caídas, el viento y los abanicos. En Novi Ligure, en la casa de Fausto Coppi, porque el tesón de los aventureros acabó recompensado como es debido.