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Ciclismo | Vuelta a España

Valverde ya es grande

Hoy se corona en Madrid en compañía de Samuel y Evans.

<b>CAMPEONES. </b>Samuel Sánchez acudió a felicitar a Valverde cuando este cruzó la línea de meta.
jesús rubio

La última contrarreloj hizo justicia terrenal: Valverde confirmó su triunfo sin accidentes, Samuel ratificó su segundo puesto sin sofocos y Evans entró en ese podio que tan caro le había puesto aquel pinchazo en Sierra Nevada. La fotografía final, azafatas incluidas, será irreprochable, con el único lamento de la ausencia del joven Gesink, descabalgado por un accidente traidor.

No hubo sorpresas, por tanto. Se confirmaron, más bien, las sensaciones que nos habían dejado las últimas etapas de montaña. Entre la escasez general de fuerzas, Valverde, Samuel y Evans eran quienes se manejaban con más desahogo y lozanía.

Si por delante llegó David Millar es porque el británico, especialista en estas lides (fue segundo en la crono de Valencia), tenía la fecha señalada con rotulador reflectante. No debe ser casualidad que el día precedente se dejara más de 19 minutos y no me extenderé en sus ahorros anteriores; sólo diré que Millar estaba entre los 57 ciclistas repescados el día de las mercedes y los hijos pródigos.

De aquellos indultados, tres han ganado etapa después de entrar fuera de control. Se demuestra así que los últimos serán los primeros.

Sobre el resto de ilustres podemos extraer variadas conclusiones. Basso, perdido el duende, sufrirá en su vuelta al mundo. Mosquera, por su parte, hará bien en olvidar las clasificaciones generales en favor de las etapas. Y entre los españoles, tanto Purito como Cobo se reafirman como el primer relevo de las estrellas rutilantes. Tiralongo, ciclista sin victorias a los 32 años, ha descubierto que la Vuelta es su carrera y al irlandés Deignan le hemos descubierto nosotros. Lo de Gesink es más fácil: algún día diremos que nosotros le vimos antes.

Paradoja.

También hay lugar para las paradojas. Valverde, 59 victorias como profesional, será coronado hoy sin haber ganado ninguna etapa. Y del mismo modo se hizo este año con la Volta, Burgos y Dauphiné. El hecho llenará de razones a todos aquellos que consideran que gasta demasiadas fuerzas en los triunfos parciales, pero a nosotros, espectadores, nos descorazona un poco. Salvo que el líder nos sorprenda hoy con el sprint, somos muchos los que echamos en falta la esencia valverdiana, su adorable impulso ganador. Costará acostumbrarse al Valverde científico.

Por lo demás, Toledo lució hermosa en la crono, incluida la espada que blandió Millar. Y no se espera menos de Madrid, donde hoy, vecinos, no se cortan calles, se abren.