Ciclismo | Vuelta a España | 15ª etapa
Boom explota
La promesa holandesa de 23 años se impuso en Córdoba
Después de hollar todas las montañas de la Andalucía oriental, el pelotón se tomó un respiro camino de Córdoba. Cuando digo respiro debo aclarar que la velocidad de un pelotón en reposo (40 km/h) es equivalente a la que alcanzamos los globeros del mundo en un descenso a tumba abierta. La diferencia es que a nosotros la brisa nos peina durante un minuto (si acaso) y a ellos durante cinco horas (con suerte).
También habrá que señalar que la calma sólo llegó después de formarse la escapada del día. Antes, la aventura se vendió cara. Y fue en ese trajín cuando se nos cruzó el fantasma de la sorpresa. Al poco de pasar por Torredonjimeno (kilómetro 13), el pelotón se cortó por los nervios y los derrapes. Fruto del revuelo, la situación quedó tan inquietante como sigue: por detrás, Valverde; por delante, sus enemigos.
El susto duró un suspiro y la diferencia entre los grupos no pasó de los 20 segundos, pero el incidente nos recuerda que en cualquier recodo se esconde una oportunidad. Esta vez faltó decisión y sobraron kilómetros, pero es posible que en otra esquina coincidan las oportunidades y los valientes.
La fuga que apaciguó los ánimos estuvo compuesta por 13 corredores, seis de los cuales se encontraban entre los 57 que fueron indultados en Sierra Nevada después de llegar fuera de control. La peculiar solidaridad de los ciclistas les impide protestar ante agravios parecidos, pero cualquier ciudadano dentro del control denunciaría la discriminación (o el privilegio) y sería atendido en una ventanilla.
La culpa, en este caso, no corresponde tanto a los jueces como a la organización. Se piensa (en Francia e Italia ocurre igual) que siendo clemente mejora el espectáculo, cuando sucede justamente lo contrario. Ahora tendríamos una carrera más justa y emocionante con cien ciclistas, entre los que no estarían, por cierto, tres gregarios de Valverde.
Ventaja.
La escapada tomó ventaja progresiva y pronto no quedó otra incertidumbre que identificar al más fuerte de los fugados. Acertaron muchos. En la segunda ascensión a San Jerónimo, Lars Boom picó espuelas. Su pedalear resultó tan violento que temimos por la integridad de su bicicleta, aunque peor parados salieron sus compañeros de fuga.
Nadie pudo responder al ataque y quien más cerca estuvo de hacerlo fue David Herrero, uno de los dos Xacobeos que circulaban por delante, junto a Serafín Martínez. A ambos les quedó el consuelo de que Galicia se sitúa líder de la general por equipos, con 20:51 sobre el Caisse d'Epargne.
Boom arrancó tan lejos que nos dio tiempo a hacerle la ficha y calcularle el porvenir. Su nombre completo es Lars Antonius Johannes y su apellido se traduce como "árbol", metáfora que describe su fisonomía (1,91, 75 kilos). Si pensamos que el chico sólo tiene 23 años y domina todas las especialidades (de la crono al ciclocross), podemos adelantar que cuando presuma de cien victorias nosotros presumiremos de la que logró en Córdoba.
Lo del sombrero cordobés lo llevó peor. Cuando le tocó cubrirse, el muchacho temió la guasa de la foto y no tuvo otra ocurrencia que colocar gorro sobre visera, de manera que mezcló el salero con la sobriedad cuáquera formando un conjunto muy desgraciado.
El pelotón llegó a 25 minutos sin más novedad que la intentona de Samuel Sánchez en el último descenso. Más que un ataque fue un aviso. Y resultó esperanzador.
Lars Boom, el Largo de Vlijmen
A Boom le llaman en Holanda el Largo de Vlijmen, porque mide 1,91 y nació en esa localidad. Es el actual campeón del mundo de ciclocross, pero dice que ahora se va a centrar en las pruebas de ruta y especialmente en las clásicas. Es un nuevo talento.