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Mikel Astarloza

"Siempre digo al equipo que soy un líder patético"

Mikel Astarloza.

¡Felicidades!

Gracias. Nos hemos dejado la piel todos los días y lo merecíamos todos. El equipo, la afición, yo mismo, porque no había día que pasara en que el Eukaltel no fuera protagonista de esta carrera.

Usted lleva intentándolo desde la primera semana.

Llevo la cuenta y creo que me salen tres o cuatro escapadas en las que se pudo llegar hasta meta. Me acuerdo de todas las de mi carrera deportiva. Soy un corredor al que nadie le puede reprochar nada. Lo intento una vez, y otra, y otra

Hasta que lo ha conseguido. ¿Cómo fue?

Sabía que era el más lento. Soy muy lento esprintando y siempre me ganan. Así que la única manera de ganar era marchándome en solitario. El que la sigue la consigue. No creo en eso que dicen que si tenían mala suerte No, eso no. Lo intenté y lo logré.

¿Pensó precisamente en esta etapa de los Alpes?

Los Alpes siempre se me han dado bien. Como en todas las jornadas, el objetivo de hoy era ganar la etapa. Sabía que algún día tenía que llegar, pero así de grande Esto ha superado mis deseos. Es lo que llevaba soñando desde que era pequeño. Egoi y Verdugo se metieron en la fuga buena en el Petit Saint-Bernard y luego Igor y yo nos fuimos detrás. El trabajo del Euskaltel es increíble. Estoy feliz por ellos, por el país por el que corremos y también por la empresa.

¿Lo ha podido saborear antes de cruzar la línea de meta?

No mucho, la verdad. Me hubiera gustado disfrutarlo más. No quería dejar de dar pedales. Tras la última curva miré para atrás y vi que no venía nadie. No me lo podía creer. Lo di todo para llegar hasta la meta. Mi ataque fue en el momento preciso. Los cuatro de atrás estaban a punto de cogernos y había un poco de desconcierto en ese momento. La etapa fue muy dura pero me quedaba un poco de fuerza para probar.

Suerte que su padre le alejó del remo

Sí Él fue remero y yo quería ser remero como él porque en Guipúzcoa hay mucha tradición. Un día me dijo que era demasiado joven para meterme en un deporte tan duro como el remo. Entonces decidí decantarme por el deporte que se practicaba en la familia de mi madre: el ciclismo. El abuelo, mi madre, los primos (el ex ciclista Iñigo Chaurreau) Todos iban en bici. Entonces soñaba con correr el Tour de Francia y ganar una etapa. Con 31 años tengo un top ten (fue noveno en el Tour de 2007, precisamente el que ganó Alberto Contador) en la clasificación general y un triunfo como el de hoy. Ya me puedo dar con un canto en los dientes, porque estos dos logros son muy grandes para cualquier ciclista del pelotón.

¿Para quién es ese triunfo?

Para el equipo principalmente. A mis compañeros siempre les digo que soy un líder patético porque trabajan para mí todos los días y no gano nunca. Al fin hoy les puedo dedicar este día tan feliz para todos nosotros. La sensación que tengo ahora es maravillosa y no se puede cambiar por nada en el mundo. ¡Es que lo merecíamos!