Ciclismo | Tour 2009
"Vamos a tratar de hacer lo imposible en Verbier"
Cadel Evans y Andy Schleck anuncian ataques para hoy
Los Alpes están aquí. Se acabaron las excusas. El Tour ha elegido un final inédito, el alto suizo de Verbier (primera categoría, a 1.468 metros) para que se anime una carrera que ha llegado dormida hasta aquí. "Parece imposible pero voy a tratar de que sea posible. Lo intentaremos", dice Cadel Evans. El australiano sospecha que los Astaná son "intocables" aunque confía en que el ciclismo, los Alpes, el Tour en general dé una sorpresa.
Dureza.
Verbier es "más duro de los que parece" para Johan Bruyneel. Desde el coche de Astaná dirigirá otro imposible: 8,8 kilómetros de ascensión al 7,5 por ciento de desnivel mano a mano entre Alberto Contador y Lance Armstrong. Ambos coinciden en una frase: "No vamos a atacar. Deben ser otros". Es evidente que están deseando que haya marcha para asomarse a la rueda buena y vestirse de amarillo.
El ritmo con el que llegue el pelotón a las faldas de Verbier (cuatro puertos de tercera y uno de segunda en el recorrido) será clave para calibrar la escabechina. Fabian Cancellara rompió la Vuelta a Suiza en mil pedazos en 2007 apretando las clavijas en el llano. "Tenemos un plan", ha dicho Andy Schleck, compañero en el Saxo Bank. ¿Será éste?
"Queremos hacer una carrera bonita", dice Carlos Sastre al que no se le coloca en el pelotón de favoritos, lo que no sólo no le incomoda sino que le sienta bien. Si tiene fuerzas atacará porque es así de valiente. El Astaná le está esperando.