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Ciclismo | Tour 2009. 14ª etapa

Casi Hincapié

El americano se quedó a cinco segundos del liderato. Ganó Ivanov

<b>OCHO AÑOS DESPUÉS. </b>El campeón ruso Serguei Ivanov, que venció en 2001 en Aix les Bains, se impuso ayer en Besançon después de meterse en una fuga.
reuters

Johan Bruyneel llegó irritado a la meta. Acusaba al Garmin, un equipo estadounidense, de trabajar contra las opciones del neoyorquino George Hincapié, que corre en el Columbia, otra formación de las barras y estrellas. Bruyneel sugería que los celos (patrióticos o empresariales) habían impedido que Hincapié vistiera de amarillo en Besançon, hecho que no sucedió por sólo cinco segundos.

Si alguien se pregunta qué hace un belga que es director de un equipo kazajo metido en esta refriega americana, habrá que recordar que Hincapié fue discípulo de Bruyneel y fiel escudero de Armstrong en los siete Tours que ganó. Es decir, que el viejo George es un buen amigo, "uno de los nuestros"; de los suyos, concretamente. "Me hubiera gustado verle de amarillo", admitió Armstrong, que conoció a Hincapié hace 20 años y lo considera su mejor amigo en el pelotón.

Las razones por las que el Garmin se involucró en una caza que en nada le afectaba son inciertas. Pudo ser un pacto con el equipo del líder a la espera de favores futuros o tal vez fue la respuesta a afrentas anteriores. Poco importa, la verdad. No se puede reprochar al Garmin una ayuda puntual y breve que si ahora nos parece crucial es por la mínima diferencia que separó a Hincapié del amarillo.

Pero no debería distraernos la anécdota. Lo que impidió el cambio de líder fue el trabajo del Ag2r de Nocentini, al que habrá que apartar del podio con auxilio de la gendarmería. Fue su equipo, y no otro, quien recortó distancias decisivamente y salvó el primer puesto.

El trabajo del Astaná en cabeza no tuvo otro objeto que dejar la fuga a un tiempo razonable, suficiente para el liderato de Hincapié pero no lo bastante como para alimentar a otro Walkowiak. Y existió esa posibilidad: cuando los fugitivos alcanzaron los once minutos, Hincapié se colocó como líder virtual con cinco de ventaja.

Controlada la escapada, en los últimos kilómetros los corredores del Columbia quisieron retener al pelotón colocándose en primera línea, conscientes de que el liderato se decidiría por segundos. El movimiento se hizo pronto incompatible con el interés de Cavendish por recuperar el maillot verde. Fue entonces, en el colmo del absurdo, cuando presenciamos un sprint frenado que pudo acabar con Hushovd estampado contra la popa de su gran rival.

Seis minutos antes, el ruso Serguei Ivanov se había presentado en Besançon como vencedor de la etapa. Culminaba así su participación en la fuga y su ataque a diez kilómetros de la pancarta. Sólo en el momento de levantar los brazos pudimos descubrir su asombroso parecido con Vladimir Putin, ex presidente ruso y cazador de osos.

Se trata de la primera victoria en el Tour del equipo Katusha, que recupera el nombre de los misiles soviéticos (inspirados a su vez en una canción popular de la Segunda Guerra Mundial) para representar a un consorcio de gigantes empresariales rusos como Gazprom o Itra. La ambición del proyecto se aprecia en el presupuesto del equipo: 30 millones de euros (por 12 del Astaná).

Superado el sofocón, el líder Nocentini fue recibido en la misma línea de meta por Manola, su entusiasta mujer, que marca el territorio facial antes de la llegada de las azafatas.

Esperanza.

Justo en el momento de finalizar la etapa, se habló de la siguiente. Hoy la jornada finaliza con la ascensión a Verbier y sus pendientes deberían liberar parte de la presión que acumula el Tour.

Se espera el ataque de Contador, quizá más lejos que en Andorra, y se espera también que salte por los aires el equilibrio inestable del Astaná. Hoy empieza el tiroteo. Que Freire se ponga a resguardo.