Ciclismo | Tour 2009
Freire recibió un disparo de balín durante la etapa
"Oí tres tiros. Por suerte sólo eran perdigones", explicó
Lejos de las cámaras que enfocaban el camino victorioso de Haussler, el Tour vivió una escena insólita. Un aficionado que no ha sido identificado efectuó tres disparos con una pistola de aire comprimido sobre un grupo de ciclistas del Tour que transitaban por el kilómetro 155 de etapa. Una de las balas, de 4,5 milímetros de diámetro, impactó sobre el muslo derecho de Óscar Freire y otra de ellas contra Julian Dean (Garmin). Ambos pudieron llegar a meta. El cántabro perdió 20:21 sobre el vencedor de la etapa.
"Es la segunda vez que me disparan", dijo Freire a AS desde el hotel del Rabobank en Colmar. "La primera me hicieron caer de la moto".
Tres disparos.
El tricampeón del mundo lo cuenta así: "Estábamos bajando el Platzerwasel y no había apenas aficionados en las cunetas. Escuché perfectamente los tres disparos pero en un principio no me di cuenta de que me habían dado a mí". A la que tuvo oportunidad de palparse la pierna "Sentí un dolor muy fuerte. Me pegué un gran susto. Mucha sangre". Y el balín. "Sólo me provocó la herida pero luego lo notaba que estaba medio incrustado entre la piel y el culotte".
Al llegar al hotel, muy cercano a la línea de meta, Dion Van Bommel, médico de la formación holandesa, pudo quitarle la bala y quedársela de recuerdo. "Y ahora parece que sólo tenga una picadura Se nota que no fue un disparo desde una escopeta porque hubiera sido diferente", dice Óscar.
Tanto el Rabobank como el Garmin han puesto el caso en manos de la Gendamería francesa, que ya ha abierto una investigación. La seguridad es uno de los aspectos que más cuida la organización del Tour. Las carreteras por las que transita la carrera están cortadas desde primera hora de la mañana y en cada cruce hay un gendarme que vigila. Pero controlar a los miles de seguidores que aguardan todo el día en las cunetas resulta imposible.
Para Freire no está siendo el Tour más cómodo de su vida. Lo empezó con la feliz noticia del nacimiento de su segundo hijo y en cuanto la carrera arrancó se topó con el inglés Mark Cavendish, el intocable sprinter del Columbia. El español no ha podido lograr ningún triunfo de etapa. La de hoy podría ser otra buena oportunidad porque la etapa transcurre entre Colmar y Besançon con sólo dos puertos de 3ª en el recorrido. Para ganar un sprint, Freire deberá ir como un tiro.