Ciclismo | Tour de Francia
Empieza el "baile" en el infierno del Platzerwasel
Se esperan ataques, lluvia y viento en los Vosgos.
El Tour de Francia puede explotar hoy. O, al menos, empezar a hacerlo. Por el momento, la etapa de los Vosgos que llevará a los corredores desde Vittel hasta Colmar está marcada por las previsiones de lluvia y mucho viento, que se repiten durante todo el fin de semana en la zona este de Francia. Lo peor que le puede pasar a un ciclista. Con o sin pinganillos, que, por cierto, al final los habrá después de que la Unión Ciclista Internacional (UCI) aceptara la que se podría denominar súplica del Tour después de la pataleta de equipos y corredores.
Ofensiva.
"No sé si en Colmar va a empezar el baile, pero en algún momento va a tener que sonar la música", dice Carlos Sastre, segundos antes de cruzarse en la línea de salida de Tonnerre con Andy Schleck, ex compañero en 2008, y hoy acérrimo rival. AS les une para la fotografía junto a Bernard Hinault. No se podría saber quién tiene más ganas de ataque de los tres. "El Tour puede explotar en cualquier momento", comenta Biarne Riis, director de Schleck.
Sastre y Andy son la alternativa a la dictadura de los corredores del Astaná. "No se puede perder ninguna oportunidad de atacar", apunta el español. Y la de hoy parece ideal: mal tiempo y buena carretera para hacer daño. Un puerto de tercera y uno de segunda preceden la gran ascensión del día, el Platzerwasel de primera categoría, con la cima a 61 kilómetros de la meta. "Hemos visto esa etapa y puede ser peligrosa". Riis se anima a creer que habrá lío en la subida y el vertiginoso descenso a Colmar. El Platzerwasel tiene 8,7 kilómetros desde pie de puerto con un porcentaje medio de 7,6 por ciento.
"El Astaná no ha dado la cara. Han sido muy inteligentes", apunta Eusebio Unzué desde el Caisse d'Epargne. ¿Y hoy? El que corone primero tendrá un descenso vertiginoso hasta Colmar. El guipuzcoano Jesús Aranzábal fue el primero en pasar por la cima del Platzerwasel en la única vez que se ascendió en el Tour (1967). En Colmar no suele ganar un cualquiera. Lo hizo Geminiani en 1949 y en 2001, la última visita, fue Laurent Jalabert que puso otra pica en su palmarés de triunfos especiales.