Armstrong: "No me esperaba ser líder"

"Estaba nervioso". Lance Armstrong es humano. En ninguno de los siete Tour que ganó acabó por debajo del décimo lugar en la primera etapa. Ayer fue décimo después de ser aclamado y llevado en volandas por las miles de personas que aquí le tienen como un ídolo, ya sea porque está cerca de una de sus residencias o porque ven en él un referente mundial del deporte. "Ya sé lo que es el Tour. No esperaba salir de aquí con el maillot amarillo", dijo.

El americano salió a reconocer el recorrido con su maillot de Livestrong. En el momento de la verdad salió con los colores del Astaná. Volvió al Tour. "No he recuperado las sensaciones de antes. De hecho no lo he conseguido en todo el año. No me siento cómodo", reconoce. Pero está entre los mejores. "Sentía como una sensación extraña, incontrolable, por eso decidí darlo todo y no pensar en qué tiempo iba a hacer".

Envuelto entre la gente, numerosos periodistas y, aparentemente, sin los guardaespaldas de su etapa en el US Postal o Discovery Channel, Armstrong parece haber bajado a la tierra o haber preparado una coartada perfecta. "Voy a hacerlo lo mejor posible. Si no puedo ganar pues ayudaré a mi equipo para que sí lo haga. Estar aquí ya es lo más importante para mí". La contrarreloj por equipos del martes será otra prueba de fuego para él y el Astaná de Contador.