Contador: "No tengo que demostrar nada a nadie"

Trescientos periodistas aguardaron ayer la llegada de Alberto Contador y Johan Bruyneel, jefe de filas y director deportivo del Astaná, al Palacio Grimaldi. Ninguno de los presentes pudo sacar de ahí un gesto de complicidad entre ambos. Ni siquiera las buenas palabras que se lanzaron pacificaron una tensión que se palpa en el ambiente. "Algunos han empezado la carrera y yo todavía no", dijo Contador. Por la mañana, L'Équipe tituló una entrevista con Lance Armstrong: "Yo ya he ganado". Y la noche anterior, en El Larguero, Contador había dicho que Benjamín Noval no iba al Tour por ser "demasiado" amigo suyo.

Entre las bambalinas del respeto, al madrileño se le entendió todo. "Mañana (por la crono) se pueden sacar diferencias pero no correré riesgos porque no tengo nada que demostrar a nadie". Así cerró el acto Contador, minutos después de que Bruyneel repitiera hasta en tres ocasiones que "hoy por hoy Contador es el líder". ¿Y mañana? El belga le dio trascendencia al hecho de que le haya brindado el dorsal 21 al de Pinto. "Por orden alfabético le hubiera tocado a Armstrong. Dárselo a Contador es una señal de respeto". Hoy lo lucirá por el enrevesado circuito monegasco con Johan Bruyneel en el coche dándole las instrucciones.

La "confianza" que ambos se profesan tendrá que refrendarse en un Tour que para Contador "no es para escaladores" porque "ni tiene mucha crono ni mucha montaña. Los finales en alto no son tan duros como en otras ocasiones". Y como que el factor sorpresa lo perdió por el camino con sus exhibiciones de los dos años últimos, a Contador sólo le hubiera faltado asumir una frase que ayer soltó Bruyneel. "En el Tour no se le hacen regalos ni a los amigos". Empieza pues el baile pasadas las siete de la tarde en una contrarreloj que ya tiene favorito para Contador: "Es Cancellara". El suizo del Saxo Bank tiene opciones a todo, aunque para París quizá no le dé. "Veo a Sastre, Evans y los Schleck con opciones similares, a un mismo nivel", dice el español.

Le gusta mucho Kaká.

Alberto Contador se marchó caminando con su gente hasta el hotel Fairmont, corazón del circuito de Mónaco de Fórmula 1. En la calle, ya relajado, le dio tiempo hasta para departir con AS sobre los fichajes del Real Madrid. "¿Que qué pienso? Pues que valen mucho dinero. Yo soy más partidario de Kaká que de Cristiano Ronaldo. Son los dos muy buenos futbolistas, eh, y ayudarán mucho al Madrid, pero quizá por mi forma de ser, soy más de Kaká". A Contador le va el triunfador de perfil bajo. Kaká es como él. Cristiano sería más como Lance Armstrong. Y ambos juegan en el mismo equipo. Ahora sólo falta saber quién meterá más goles.

Armstrong manda recados

Lance Armstrong sigue mandando señales en doble sentido. Por un lado, su insistencia en decir que volvió al ciclismo para "ayudar a la lucha contra el cáncer" le quita la presión del triunfo. En cambio, y todos le ven así, su estado de forma asusta. Pesa un kilo menos (73) de lo que pesaba antes de ganar su último Tour. Nadie duda de que estará arriba en la clasificación. "Este circuito hubiera sido ideal para mí en 2005. Hubiera destrozado la carrera. El verdadero problema para Contador sería que yo corriese con otro equipo", declara. Su rendimiento es, fisiológicamente, una incógnita. "No sabemos si el plan saldrá bien. Con Contador sí que no hay dudas", apunta Bruyneel. Cuatro años y una caída (la de Castilla y León en marzo) después, el siete veces campeón del Tour arranca hoy su asalto al octavo a las 16:17.