Basso se la jugó de lejos y puso en jaque a sus rivales

Ivan Basso partió como primer favorito en este Giro, a pesar de que era su retorno a la alta competición tras dos años inactivo. La carrera, sobre todo la supercontrarreloj, le ha dejado a tres minutos de Menchov. Pero no se rinde. Ayer protagonizó un ataque valiente en el penúltimo puerto, a 42 km de la llegada. No le salió bien, le atraparon a 13 de meta, pero nos brindó un bonito espectáculo, pues obligó a reaccionar a los favoritos.

La etapa la ganó Leonardo Bertagnolli, a quien el Diquigiovanni le fichó del Amica Chips para que corriera este Giro. Fue el más fuerte de una larga fuga de 14 hombres, entre los que estaban Lastras y Navarro. Y tuvo la suerte de que al belga Pauwels, el único que le aguantó, le parara el director del Cervelo, supuestamente para que ayudara a Sastre en la movida que provocó Basso, cuando ya no lo necesitaba.

Turbo diésel.

Con Basso se marchó Garzelli, que algo le ayudó. Llegaron a tener minuto y medio sobre el pelotón, hasta que Di Luca salió como un rayo en el último puerto. Menchov le respondió con solvencia y, sorpresa, tampoco tardó mucho en llegar a ellos Sastre. Su motor diésel parece haber cambiado a turbo diésel, también capaz de esfuerzos explosivos. El trío no persistió en su ataque y Leipheimer y Pellizotti (pero no Armstrong) les alcanzaron. Y luego, entre todos, lograron pillar a Basso.