"El golpe ha sido increíblemente fuerte y al final he tenido suerte porque las consecuencias podían ser peores. Lo peor para mi es tenerme que ir para casa mientras que el Giro acaba de empezar. Aún no se sabe si habrá que operarme. Mañana, al llegar a España, haremos otra consulta para decidirlo", comentó Fran Pérez.
Pérez se hizo unas pruebas en el hospital de Citadella y lo abandonó en compañía del director del equipo, el australiano Neil Stephens, para trasladarse al hotel del equipo Caisse d'Epargne.