Merecido tributo a Federico

El detalle de los organizadores del Tour de Francia de homenajear a Federico Martín Bahamontes por victoria en la carrera hace 50 años me parece de justicia. Supone un motivo de orgullo, pero no sólo para los españoles. También para los propios franceses, o los luxemburgueses y belgas, buenos aficionados a este deporte que se engancharon al ciclismo con las gestas en la época del Águila de Toledo. Yo, por ejemplo, comencé a andar en bicicleta gracias a Fede. Él fue mi ídolo en la infancia.

Respecto al recorrido de la edición de 2009, los españoles también podemos sentirnos afortunados, ya que ningún país contará con dos favoritos tan claros al triunfo final como Carlos Sastre y Alberto Contador. Parece una prueba hecha a medida, con la ascensión al Mont Ventoux el penúltimo día, en vez de la habitual contrarreloj de 55 kilómetros que tanto nos hacía sufrir.

Ahí es donde radicará la ventaja de los nuestros, en menos kilómetros contra el crono y más montaña. No es lo mismo jugarte el Tour en una contrarreloj con Cadel Evans, como en las dos últimas ocasiones, que tener terreno a favor por delante para aumentar diferencias. Hay montaña de sobra, aunque sólo veamos tres llegadas en alto. Quizá eche en falta alguna jornada más por el Macizo Central, pero estoy convencido de que será un gran Tour.