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Pekín 2008 | Ciclismo

Contador se quedó con la medalla de chocolate

Al madrileño le faltaron 8 segundos para el bronce

Actualizado a
<b>A TOPE. </b>Contador se quedó a sólo ocho segundos de hacer podio.
jesús rubio

Mira mi peso y mi musculatura y compara con la de los otros", reclamaba Alberto Contador nada más entrar en meta, chorreando, fino, con esas piernecillas de alambre que distinguen a los escaladores. Ocho malditos segundos separaron al ganador del Tour y el Giro de sumar la segunda medalla en Pekín para el ciclismo español, tras el oro de Samuel Sánchez en fondo. El de Pinto acabó cuarto (1:03.29), tras los 47,3 exigentes kilómetros que circundaban la Gran Muralla; el asturiano (1:04.37), sexto y diploma olímpico redondeando una semana de ensueño.

Paco Antequera había enamorado a Contador, de carácter ultracompetitivo, del recorrido de la crono en un año en el que su objetivo es completar la triple corona con la Vuelta. Y él respondió en el tramo inicial con un tiempo de escándalo en la primera referencia (km 10,8), que se tomaba tras la primera subida: 18 segundos al sorprendente Larsson y 29 a Cancellara. Pero el sueco pesa 79 kilos y Espartaco Cancellara mueve 81 por los 62 del español. Esa diferencia, lanzada a los más de 80 km/h, que marcaban los velocímetros en una bajada abierta, ayudó a las dos locomotoras del CSC de Sastre a dar dentelladas a los segundos que Contador, y Samuel, lograban subiendo. Los desarrollos de 55x11 del suizo y el sueco (lo mismo que montó el asturiano) por el 54x11 del madrileño acelerados con una potencia brutal y viento de cola acabaron con el sueño. Estaba dentro de la lógica.

Alberto estuvo en tiempos de medalla en las tres tomas de tiempo, salvo en la meta. Primero era oro; a la mitad, plata y a los 34,6, bronce. Con su estilo más vivaracho intentaba seguir en los tiempos de los especialistas y del tapado Larsson, un solitario de 27 años que no disputó el Tour ni tiene grandes hitos en su palmarés. Evans, quinto al final, rondaba cerca. Schumacher, retirado de la ruta echando pestes del calor, no andaba como en el Tour, donde ganó dos cronos. Pero entonces apareció Levi Leipheimer para colarse la fiesta. En los últimos diez kilómetros limó 34 segundos al madrileño y le apeó del podio. La Gran Muralla se perdió la foto con el ganador del Giro y el Tour.