Yo digo González Linares
El peligro del día de descanso
El día de descanso les suele venir muy bien al ochenta por ciento de los ciclistas. A otros no, porque les cambia el ritmo y a veces lo acusan. En este caso quizá sea más fácil que ocurra esto, porque el día de descanso llega entre etapas de montaña. Carlos Sastre, por ejemplo, seguro que habría preferido que estas tres etapas alpinas se disputaran seguidas, sin parón, y que el reposo hubiera llegado antes de afrontarlas o después. Sin embargo a Cadel Evans, a quien el domingo se le vio algo tocado, y a Denis Menchov, que viene de disputar el Giro de Italia a un alto nivel, les va a venir bien esta pausa para coger fuerzas. Pero así está confeccionado el Tour y hay que adaptarse a él.
Llegan dos etapas alpinas muy duras en las que el CSC, si quiere ganar el Tour, tiene que olvidarse de que llevan el maillot amarillo y no defenderlo, sino pasar al ataque. Sea Sastre, sea Frank Schleck, los dos necesitan llegar con dos minutos de ventaja sobre Evans y Menchov a la contrarreloj de 53 kilómetros, una distancia en la que tanto el australiano como el ruso tienen una clara superioridad sobre los líderes del CSC. En estas dos etapas tienen que echar el resto.