Ciclismo | Tour de Francia
Valverde voló con su nueva bici rojigualda
El líder bromeó sobre su montura: "Es cantosa, ¡eh!"
Estaba escrito. La cima del Caudodal en Plumelec tenía que coronar al rey del sprint o, al menos, a un príncipe. Dicho y hecho. Por la Bretaña rueda estos días el Prince of Spain. Así está bautizada la bicicleta especial que estrenó ayer, en la primera etapa del Tour de Francia, Alejandro Valverde con otro triunfo especial, inolvidable porque es la primera vez que se viste de amarillo en el Tour. "Es cantosa la bici, ¡eh!", avisaba el murciano en el soleado mediodía de Brest antes del inicio de la etapa. "Sólo ha hecho un rato de rodillo con ella. Hoy es la prueba definitiva", recoge Fernando Sánchez, mecánico del equipo Caisse d'Épargne.
En la sede de Pinarello, la clásica firma que surtió a Pedro Delgado, Miguel Indurain y Óscar Pereiro que ganaron el Tour con sus bicicletas, tuvieron tres días frenéticos para tunear la bici de Alejandro tras conseguir el Campeonato de España el pasado domingo. Si el maillot no es estridente por deseo del patrocinador, la máquina sí es más descarada. "Es el mismo modelo que el del año pasado. No llega ni a siete kilos de peso". El líder del Tour dice sentirse ciclista y reconoce haber venido al Tour con "ganas de andar en bicicleta". Pero claro, no sin tener lo más fashion del mercado. "No se queja demasiado pero le gusta llevar lo moderno, la última novedad. Y estos colores", advierte Fernando, aliviado cuando tiene que tratar con él porque no es de los que pone demasiados inconvenientes a los sillines, cambios, pedales.... "Tenemos seis bicis normales para él y cuatro para la crono". Diez máquinas a su servicio.
'Ironman'.
El diario francés L'Équipe define a Valverde como "el hombre de hierro". O sea, Ironman. No parece ser un personaje de cómic. "Es un supercrack", advierte Óscar Pereiro, décimo ayer en la etapa y primero en felicitarle en Plumelec. La realidad que viven Alejandro y su Prince de carbono se resume en el aplauso del público francés que se llevó mientras era fusilado por los fotógrafos de las agencias internacionales tras salir del control antidopaje efectuado por la Federación Francesa. Así vive un Príncipe de amarillo.