Contador en rosa

Alberto Contador ya vivió un infierno. Fue justo hace tres años. Sufrió un cavernoma cerebral (una malformación genética de una arteria) que le hizo pensar que tenía que dejar la bicicleta a sus 22 años. Pasó por el quirófano y después estuvo cinco meses sin poder hacer nada de ejercicio y otros dos más sin poder tocar la bici. Pero volvió. Y en su retorno (enero de 2006) ganó la etapa reina del Tour Down Under (Australia). "Me sentía ya feliz con poder ser ciclista", dijo. "Todo ese tiempo de sacrificio para volver a subir a una bici me enseñó a valorar más lo que tengo. Los penalidades en carrera me parecen ahora menos duras".

Valgan estas palabras para entender cómo Contador logró ayer el liderato del Giro de Italia en una infernal etapa de seis puertos dolomíticos, en la que el madrileño sufrió y estuvo a punto de caer. Pero se levantó, aguantó y ahí le tenemos vestido con la maglia rosa.

Descolgado.

Alberto perdió contacto con el grupo de favoritos en el Giau. Quedaban 65 km y dos puertazos más por subir. Pero no se rindió. Sus rivales no fueron capaces de sostener el fuerte ritmo y el madrileño logró atraparles antes de la cima. Por entonces Bosisio ya estaba descolgado y él era el líder virtual.

El Falzarego se subió sin sobresaltos. Pero en la última ascensión a la Marmolada se montó el zafarrancho a 5,5 km de meta. Lo provocó Pellizzotti y luego Riccó. A éste sólo le aguantaron Menchov y Contador, pero al tercer demarraje el líder del Saunier Duval ya se fue solo. Quedaban todavía 3,5 km para la meta, pero finalmente Contador llegó a sólo 16 segundos de Riccó, a siete de Di Luca, con el mismo tiempo que Simoni y mejor que todos los demás. Y ya está de líder. Es un Contador al 80% de su capacidad, pero no se ve a nadie con suficientes recursos para meterle miedo.

Quizás Emanuele Sella, que ayer hizo otra gran demostración y volvió a ganar la etapa. Sella saltó en el kilómetro dos, respondiendo a un ataque de Purito Rodríguez (otro intento fallido, pero no se rinde). Junto a ellos llegaron y desaparecieron varios corredores, pero al iniciarse la Marmolada, Sella se puso de pie y ya nadie le vio hasta la meta. La suerte es que Sella todavía está a 4:41 en la general.