El Giro de Italia ha comenzado con una crono por equipos, con victoria del Slipstream y liderato para Vande Velde. Pero a mí no me dice nada, porque una contrarreloj así no demuestra cuál es el conjunto más fuerte de una carrera, sino el que mejor lo ha hecho ese día. Yo prefiero un prólogo, ya que el ciclismo es un deporte individual y de esta forma se ve quiénes son los que andan. El Giro, el Tour y la Vuelta se han encargado de innovar estas fórmulas, que en muchas casos resultan fallidas y no benefician en nada al espectáculo. El que espero que nos brinde espectáculo y del bueno es Alberto Contador. No ha llegado a la ronda italiana en su mejor estado de forma, pero él es un chico joven y seguro que coge el punto para la semana decisiva: para estar con los mejores en los Dolomitas. Ahí se verá el acierto del Giro al invitarle y el error del Tour de Francia.

También quiero felicitar a Ezequiel Mosquera por su triunfo en Alcobendas, en el Alto de Navacerrada. Ha sido el más fuerte en lo que los corredores denominan un día de perros, donde la lluvia y el frío se convierten en los peores enemigos. Me alegro por Mosquera, porque él es un ciclista ejemplar, que está en un equipo modesto como el Karpin, y que está realizando una primera parte de la temporada enorme. El año pasado fue quinto en la Vuelta y en éste no está haciendo sino refrendar su condición de buen corredor. Su triunfo vale para motivar la continuidad de su patrocinador en el pelotón.