Freire ha ganado un Gran Premio

Oscar Freire se ha habituado a dar alegrías al ciclismo español. Tras estar magnífico en el Tour de Flandes, donde llegó a marchar escapado, ayer ganó la Gante-Wevelgem, lo que supone la primera victoria de un corredor nacional en esta histórica clásica de abril. Freire sigue haciendo historia en cada carrera en la que participa y se ha convertido en el mejor clasicómano del mundo. En términos de Fórmula Uno, de la que soy un fiel tifoso, Óscar se ha llevado un importante Gran Premio, aunque lo suyo tiene más mérito. En los coches, si tu bólido no anda, no tienes nada que hacer. En cambio, en el ciclismo, las bicicletas son iguales para todos y lo único que diferencia al vencedor del resto son las piernas. En F-1 un 70% te lo da la máquina y un 30% el conductor. Mi paisano demostró que él tenía el mejor motor y por eso superó con autoridad a todos sus rivales.

En la Vuelta al País Vasco me ha desilusionado la etapa. Hemos visto que la gente se conforma con sus puestos y que espera llegar con opciones a la última contrarreloj. Nadie ha atacado a Contador, salvo dos tímidos intentos de Marchante en el último puerto. Si los ciclistas quieren cualquier tachuela puede ofrecer un gran espectáculo. Esta vez, fue Luis León, como el martes, el que lo probó con más ganas, pero le batió David Herrero, otro corredor muy combativo estos días. Me alegro por él, por su insistencia en las anteriores jornadas y porque pertenece a un equipo modesto como el Karpin Galicia.