Vidas cruzadas en el Bilbao-Valencia
Duelo Ponsarnau-Mumbrú ante sus exequipos. Miribilla recibirá al preparador taronja por todo lo alto. Hakanson: “Ha sido una leyenda aquí”.
Miribilla tiene todo a punto para un partido que, de ninguna de las maneras, es uno más. En un fondo del pabellón hay dos camisetas colgadas, una de Mumbrú y otra de Salgado. El primero pasó por todo lo que se puede pasar en un club: nueve años de jugador, con un subcampeonato nacional y otro europeo, época del derroche, una huelga, el amago de desaparición de la entidad, un descenso vestido de corto, el ascenso como técnico y cuatro años con la pizarra que han servido para hacer un máster acelerado de gestión de grupos modestos y llevarlos a su máximo rendimiento. El domingo regresa al ‘lugar del crimen’, al pabellón bilbaíno, donde es santo y seña. “Será divertido reencontrarse con él. Ha sido leyenda en Bilbao y para mí, un técnico especial”, reconoce Hakanson, uno de esos jugadores que, a la vera del preparador barcelonés, creció hasta hacerse un nombre en la ACB. “Pero cuando empiece el partido haremos todo para ganar y seguro que él, también”, agregó el escolta sueco, antes de comentar que en el partido de Euroliga de ayer entre el Valencia y el Baskonia vio realizar a los jugadores locales “señales de sistemas” que conoce al dedillo de sus años a las órdenes del excampeón del mundo. Tics que se hacen familiares por las dos partes. Se anuncia una partida de ajedrez, por lo tanto, en dos días. El Bilbao Basket ha lanzado por redes sociales un lema ante este regreso tan esperado: “Los que permanecen, nunca se van. Vuelve Mumbrú”, junto a una foto del exalero en blanco y negro pensativo.
A su vez, Ponsarnau se enfrenta a un equipo que, como él dice aunque con otras palabras, lleva tatuado en el corazón. “Aparte del Bilbao Basket soy de dos sitios más, Manresa y Valencia. En Valencia hubo momentos difíciles, pero hubo más buenos y el recuerdo que tengo es fantástico”. De todos modos, tuvo muchas voces contestatarias, acusándole de poco expresivo y falto de carácter, y el final no fue el deseado. Su talente siempre es conciliador. “Cuando juego contra Valencia o Manresa en mi cabeza no está reivindicar sino intentar ganar a un equipo que ha sido mi casa”, reflexiona. Además, en el cuerpo técnico taronja sigue conservando muchos amigos y eso todavía eleva un poco más el listón del sentimentalismo.
Adelantó a Perasovic y es el que más partidos ha dirigido al cuadro de La Fonteta tras Vukovic. Al igual que Hakanson, expresó su “máximo reconocimiento” a Mumbrú porque si “desde fuera ya parecía que había hecho un trabajo enorme” ahora que conoce el club vasco de primera mano “aún mayor” al ver “todas las cosas que ha aportado y ha marcado” a la entidad bilbaína, así que prevé que “Miribilla va a aplaudirle al máximo, como yo”. Tras ejercer de ayudante de Pedro Martínez, con un título de ACB en el saco, en 2018, fue nombrado primer entrenador, alcanzó una Eurocup y logró clasificar al equipo para las semifinales de la ACB durante sus tres temporadas como entrenador del Valencia. Además, selló un balance positivo en Euroliga, quedándose a tan solo una victoria de alcanzar el Top-8. Ponsarnau no quiere dejar llevarse por la nostalgia. Asegura que su máxima preocupación para este encuentro es que “el exceso de información” que cree que controlan de su rival “no condicione la forma de jugar, de defender y de atacar”. “A veces la sobreinformación te para y en este juego cuando te paras a pensar, te pasan por encima, especialmente un equipo con jugadores tan rápidos como el Valencia”, concluyó.
Hakanson no ve demasiadas diferencias entre el estilo de la pasada temporada con Mumbrú y el que está implantando en la actual Ponsarnau.”En la plantilla hay diferencias porque no son iguales Delgado y Kyser o Goudelock y Smith, pero la forma de jugar es bastante parecida. Nos gusta correr y tenemos las ideas bastante claras, no nos complicamos mucho”, subraya un Ludde que a nivel personal se siente “bien y con confianza” en este tramo inicial del curso, en el que está destacando. “Álex me conoce a mí, a Jeff (Withey), Reyes... el scouting está claro por las dos partes”, evidencia.
Ponsarnau ha arrancado en Bilbao con un 3-0 entre ACB y Champions, nada que ver con el 0-5 de 2021 con Mumbrú. A su vez, este llega tras una derrota en su estreno como entrenador en la Euroliga, ante el Baskonia. Así que Jaume cree que recibirán a un Valencia “con ganas de hacernos pagar los platos rotos”. Precisa este que los taronja tienen una gran plantilla, pero no al nivel de un Madrid o Barça para compaginar ACB y Euroliga con la excelencia como compañera de viaje. “Vamos a jugar contra un equipo que si encuentra su potencial es claramente superior a nosotros”. Considera que, en lo que al Bilbao Basket respecta, “han salido cosas mejor de lo que tocaba” después de una pretemporada complicada por los problemas físicos y aunque aún les restan “infinitas cosas por mejorar” destacó que el Surne Bilbao está mostrando “buenas señales competitivas” en todos los partidos. “Sabemos que el rival es muy fuerte y que tiene virtudes que nos van mal, pero queremos mejorar. Las victorias se celebran y se tienen que aprovechar para que el equipo tenga un espíritu positivo”, añadió. Entre esos focos de peligro del Valencia se encuentra la cantidad de jugadores con capacidad de desbordar, el rebote ofensivo (especialmente con Rivero) y un amplio repertorio táctico. “Para nuestra propuesta de máxima energía es necesario jugar con rotación. Para encontrar intensidad, velocidad y fuerza necesitamos un equipo suficientemente largo”, incidió.
Mumbrú forma parte del quinteto que marcha con un 2-0 en ACB, en el que también están los ‘hombres de negro’. Curiosamente ambos han ganado a los dos mismos adversarios en la liga doméstica: Joventut y Betis. Hakanson considera que el rival “es un equipo muy largo con doce buenos jugadores. En los dos partidos de ACB jugaron mejor que en Euroliga, pero son muy agresivos en defensa y no es cómodo jugar contra ellos”, destacó el nórdico. Se mostró feliz con este buen inicio de temporada. “Después de todos los problemas que tuvimos en la pretemporada, hemos trabajado bien y los nuevos se han metido en el equipo fácil y rápido”, destacó el internacional sueco. La felicidad se han instalado en la capital vizcaína. Tras un viaje accidentado, hasta y desde Praga, el equipo está ya fresco. Ayer varios jugadores se presentaron a entrenar en su día libre. “Eso demuestra que aún hay fuerza, pero sobre todo que hay ilusión”, resume Ponsarnau, quien no cree que los equipos estén aún ajustándose y las victorias hayan llegado por el bajo nivel de los rivales: ““Hemos jugado en ACB ante un equipo superconsolidado y contra otro que acabó la temporada pasada con una racha impresionante. El grupo ha sido muy bueno. Ha creído. Para mi el trabajo que ha hecho el equipo tiene mérito”.