Ricky apunta a la Penya

El futuro de Ricky Rubio es a día de hoy una incógnita. Un futuro que el base de El Masnou se ha ganado decidir. No tiene compromisos con nadie ni contrato con ningún club, por lo que tiene las manos libres para decidir cuál será su próximo equipo. Y la Penya parte con ventaja. Tal y como publicó L’Esportiu, la opción de regresar 15 años después al Joventut toma fuerza. Una opción que ya se barajó a principios de año, cuando abandonó la NBA, pero que acabó por no materializarse. Ahora, ese viejo anhelo de los verdinegros puede cumplirse y ver a Ricky, una vez más, sobre el parqué del Olímpic. No es una decisión cerrada, no está claro al cien por cien, pero sí es la opción que más fuerza tiene ahora. Así es como están las cosas.

Su segunda etapa en el Barça no ha sido satisfactoria. Eso es evidente. Ni él se ha sentido especialmente cómodo ni el equipo ha mejorado sensiblemente con su presencia. Nada que reprocharle al jugador, faltaría más, que se estaba recuperando de un problema de salud mental. Su idea, y la del Barça, era ayudarse mutuamente para que Ricky volviera a ser el jugador que fue. Pero no se ha dado. Es por eso que parece improbable que el base continúe en el Barça. Era la primera idea (seguir un año más) pero las sensaciones en este final de temporada no han sido las mejores. Además, el cambio en el banquillo y buena parte de la plantilla generan todavía más dudas.

La segunda opción, y ahora la más probable, es volver a Badalona. Un ambiente que conoce, cerca de casa y sin la exigencia del Barça. Nadie espera que el Joventut gane la Liga ni la Euroliga, que directamente ni juega. Es por ello que este es un ambiente mucho más propicio para un Ricky que además quiere cerrar el círculo y sanar las heridas. Hace 15 años salió muy mal del Joventut pero todo eso ya ha quedado atrás. Las personas que dirigían el club ya no están y la afición verdinegra le considera otra vez uno de los suyos. Volver a Badalona acabaría de redondearlo.

También existe una tercera opción, jugar en Girona, pero es la menos probable. Marc Gasol, presidente del club, le abrió las puertas de par en par pero Ricky quiere estar cerca de casa. Finalmente, y no es descartable, cabe la opción de que Ricky se retire. Una idea que le ha rondado la cabeza en varias ocasiones y que llegó a plantearse seriamente el verano pasado. Dijo, literalmente, que “el básquet para mí se había acabado”. Pero encontró las fuerzas para recuperarse, volver y jugar en el Barça. Ahora puede cerrar su carrera en el Joventut.

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