Reyes se corona en Miribilla

La crisis pasa a mejor vida en Miribilla. La jornada previa al parón liguero por la Copa y las Ventanas es vital, porque para los 10 peores equipos de la ACB facilita tres semanas de sonrisas o de honda preocupación. Y no digamos si arrastras la crisis de resultados del Bilbao Basket y el Granada. Uno de los dos iba a acabar con la moral por los suelos. Para los ‘hombres de negro’ era un ahora o nunca, porque a la vuelta de este descanso visitan a Granca y Madrid. Han perdido el brillo del arranque de año y metro a metro iban acercándose a esa gran imagen que les llevó a sumar 8 triunfos. Faltaba la confirmación, y en casa ante un rival directo, era el momento perfecto. Como Hakanson está medio renqueante, había que buscar alguien que protagonizara un paso al frente en cuanto a anotación y no esperó ni un instante para darlo Álex Reyes, que cuajó su mejor partido vestido de negro. No sólo se limitó a su especialidad, los tiros a media y larga distancia en suspensión, metió un mate de esos que levantan a cualquiera de su asiento y defendió como un coloso. Smith y Withey también remaron lo suyo. Los nazaríes suman su undécima derrota en doce partidos, ven el abismo muy cerca. Para los vizcaínos, que se llevaron el ‘average’ establecido en -15, el sol vuelve a salir. El descenso está a seis partidos y con plantillas tan desahuciadas como Manresa y Fuenla, pensar en un cataclismo es de pesimistas de cuna. Si uno de ellos sale de la alcantarilla, también merodea por esa zona el propio Covirán.

Jugar un sábado a las seis de la tarde, con el sol luciendo fuera, es una bendición. Se notó en el ambiente de Miribilla, mucho más festivo y ruidoso que otras tardes. Y en el alegre tanteo: 90 puntazos, tercera mejor anotación del curso. Los árbitros lucieron muñequeras contra la LGTBIfobia en el deporte. Al Granada se le nota que no tiene a Felicio, que hay que acoplar a Moore, Ndoye y Caicedo (estelar una semana atrás ante el Fuenla, inexistente esta vez) y que Maye anda recuperando el pulso tras regresar de la baja. Esta en fase de reconstrucción. No pudo presentarse con Todorovic, tan querido por Bilbao. Está fuera de combate, sus eternos problemas con las lesiones.

Tras un primer cuarto de tanteo (20-18), el equipo local entró en calor. Ahí llegó un primer despegue con acciones defensivas más contundentes, dos contra uno, más acierto en el triple y descaro: 35-23. La mano de Maye mantuvo a los andaluces cerca en el marcador. El juego era más contenido que en la primera vuelta, buena noticia para los vizcaínos. Los visitantes se proponían conceder tiros a Radicevic y Rabaseda, habida cuenta de sus problemas para ver aro. Hakanson, de vuelta a la Liga, estaba en cero al descanso, algo que ha dejado de ser noticia por culpa de los sobremarcajes, el agotamiento físico y mental, y sus molestias musculares. De repente, el Surne perdió el orden y la contundencia atrás. Le costaba llevar el pulso a su terreno por su sempiterna irregularidad. Encadena rachas de mucho acierto con otras de atasco irresoluble. Y lo mismo pasaba atrás. Costa tiró del carro hasta poner por delante a los granadinos: 50-51 a 4:22 para acabar el tercer acto. Llevaban 17 puntos en cinco minutos y medio.

En el caso del Bilbao Basket, se hacía imprescindible resetear y volver al punto de partida, a recordar lo bueno de antes de esta travesía por el desierto. Ahí surgió Reyes para solventar la papeleta. Withey y él devolvieron la ventaja y la lucidez. El colofón lo puso Hakanson, que emergió recordando la gran estrella que es. Metió un triple, robó inmediatamente la pelota a Maye al sacar de fondo y empaquetó una a de dos. 5-0 para un 61-53. Ponsarnau puso a tres pequeños en pista, Smith, Radicevic y Hakanson, y ganó en despliegue y dinamismo. Cuando había hecho lo más difícil, el conjunto nazarí se desconectó, se olvidó de proteger su aro y cometió unas pérdidas incomprensibles que pagó caras. Ya solo faltaba por concretar el ‘average’. Que también cayó del lado bilbaíno.

Sin hacer ruido, Withey se fue del partido con 23 de valoración, 13 puntos, con +27 para su equipo cuando él estuvo en cancha, 15 rebotes de los 40 totales que cogió su equipo y 2 tapones. Es la primera vez en la historia que un MIB consigue llegar a los dobles dígitos de anotación tras sumar, por lo menos, 15 capturas en un partido de Liga Endesa. O, lo que es lo mismo, un registro de 10-15 o superior. Ni Hervelle, que se hizo con 18 capturas en 2011; ni Weis, que alcanzó o superó las 15 en hasta tres ocasiones; ni Balvin tras lograr 16 en 2019 fueron capaces de superar los 6 tantos anotados en esos compromisos. El club cuenta con Borja Junco García de Mardones como nuevo director de Desarrollo de Negocio y Proyectos, con el objetivo de incrementar ingresos de patrocinio y abrir nuevas vías de negocio. Impulsó eventos de 3x3 en Burgos y era gerente del Bakh, la imponente ciudad deportiva de Baskonia y Alavés. Su mano se ha empezado a notar ya.

Ponsarnau: “El rebote y la solidez nos han llevado a la victoria”

Jaume Ponsarnau subrayó que, “en un partido de fogonazos, el rebote y la solidez” mostrada por sus jugadores fueron las claves de la victoria. “Nosotros tuvimos más fogonazos positivos y eso nos ha permitido llevarnos la victoria”, recalcó el técnico catalán, muy satisfecho además de haber logrado remontar el ‘average’ particular con el equipo nazarí porque eso les acerca “al objetivo fundamental, que es ser uno de los 16 mejor equipos de la liga”.

El preparador de Tàrrega añadió que, con la tranquilidad que les otorga las nueve victorias que suman, ya van a emplear las tres semanas de parón liguero para “recuperar y construir” en lo posible, a la espera de saber cuántos jugadores jugarán con sus selecciones en la ventana FIBA, y también en “invertir en el crecimiento del grupo”.

A nivel individual destacó el buen partido de Alex Reyes (17 puntos, 3 rebotes y 20 de valoración), aunque no se sorprendió porque: “veo sus capacidades, su potencial y su trabajo y es lo que espero cada día de él porque puede hacerlo”. “Debe asumir que tiene estas posibilidades y jugar con ellas con determinación. Estamos en ello. Es un buen chico, que trabaja y que tiene ese talento. El equipo confía mucho en él para que tire del carro, tiene mucho potencial”, destacó el catalán.

Pin: “No hemos sido capaces de controlar los detalles básicos”

Pablo Pin lamentó que una de las claves de la derrota de su equipo residió en que no fueron “capaces de controlar los detalles básicos” del juego. “Una pérdida, un rebote ofensivo que no coges, un saque después de tiempo muerto que entregas al rival... Cada vez que hemos tenido un error básico, Bilbao nos ha castigado bien. Necesitamos más constancia y ser más consistentes y eso nos lo va a dar seguir trabajando como lo hacemos”, explicó el técnico granadino.

“Somos capaces de hacer minutos muy buenos y después otros muy malos”, añadió un Pin optimista de cara al futuro porque recordó que llegan al paréntesis liguero dependiendo de ellos mismos y ya con seis victorias en el casillero. “Dependemos de nosotros mismos y necesitamos seguir mejorando. Más que mirar el número de victorias tenemos que recuperar la constancia en el juego. Salvarnos en la última jornada para nosotros sería un éxito y si es antes, mucho mejor”, concluyó el técnico del conjunto andaluz.