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NBA | PLAYOFFS 2023 | CELTICS-SIXERS (0-1)

Sorpresa total: Harden tumba a los Celtics sin Embiid

Partido descomunal de un Harden que parece el de antes. Los Sixers ganan en el Garden y se adelantan en la eliminatoria. La salud de Embiid será clave.

Actualizado a
Sorpresa total: Harden tumba a los Celtics sin Embiid
MADDIE MEYERAFP

A veces, por lo que sea, nos olvidamos de que James Harden es un jugador generacional. Un talento ofensivo histórico capaz de hacer prácticamente cualquier cosa en una pista de baloncesto. Sus últimos años, su baja forma física y sus desafortunados vicios han provocado que el escolta, reconvertido ya sin disimulo en base, se apague al lado de Joel Embiid y que, a pesar de haber hecho una buena temporada, todo el mundo se fije en el pívot de forma irremediable. Pero Harden sigue ahí, al pie del cañón. Camino a los 34 años (los cumplirá el 26 de agosto), lejos de sus mejores días, pero capaz de regresar a ellos si es necesario. Casado con el mundo de la noche, pero también con el del baloncesto. Y capaz de emerger en el auténtico infierno del Garden contra un rival histórico para los Sixers, como son los Celtics, que no sólo se han cruzado en su camino a lo largo de incontables años, sino que también les han torturado en los últimos de manera más acusada. Y ahí, en la peor de las circunstancias, ha emergido Harden. Y el mundo se ha quedado, claro, pasmado.

Harden aniquiló a los Celtics con 45 puntos y 6 asistencias. Sólo perdió 6 balones, lanzó con un espectacular 17 de 30 en tiros de campo, incluidos 7 de 14 en triples y 4 de 4 en tiros libres, una cifra escasa para que sus haters salgan y digan que acude demasiado a la línea de personal. Se ha encargado de que los Sixers remonten, ganen, se adelanten en la eliminatoria, recuperen la ventaja de campo y permitan a Joel Embiid tener más tiempo para recuperarse. Ha podido con la situación, la presión ambiental, las gradas llenas, los corazones candentes y las cabezas, quizá, dando por hecho que a este rival al que tanta veces han ganado le iban a apabullar. De momento, nada más lejos de la realidad: los Sixers ganan y se adelantan. Parece impensable, pero es así. Los Sixers han vencido y demostrado que no dependen por exclusividad del físico de Embiid. Que también tienen a esa estrella que quiso salir de los Nets y que consiguieron quitándose entre media a Ben Simmons y el sainete que había representado su estancia en Philadelphia los últimos años.

Con menos de 10 segundos para el final del tiempo reglamentario, Harden anotó un espectacular triple con su paso lateral tan clásico delante de Al Horford para transformar un 115-114 en un 115-117. El balón murió luego con Marcus Smart, que lo perdió en la jugada que iba a forzar la prórroga o a dar la victroria a los Celtics. Paul Reed sentenció con dos tiros libres y el propio Smart, reincidente, falló un intento de triple que ya de nada valía. Se culminaba así la remontada de los Sixers, que habían ido perdiendo todo el partido y llegaron a tener una desventaja de 12 unidades. Harden metió 15 de sus 45 puntos en el último cuarto. Jayson Tatum se fue, en todo el partido, a 39+11+5 y un 14 de 25 en el lanzamiento, gran actuación sin premio. A 23+6+4 llegó Jaylen Brown, que sólo intentó 10 tiros. Derrick White esta vez no fue el revulsivo (4 puntos), Al Horford llegó a 11+6+3, Smart a 12 y Malcolm Brogdon a 20 (9 de 16 en tiros) desde el banquillo). Robert Williams, en la parte mala, no termina de estar bien y consiguió un 6+7 en menos de 20 minutos.

En los Sixers, Harden fue el héroe que acabó exhausto, pero se turnó el balón con Tyrese Maxey, más errático pero muy insistente y, al mismo tiempo, pertinente: 26 puntos y 4 robos. Reed fue un gran revulsivo en la zona (10+13), PJ Tucker se esforzó en defensa y logró no lanzar a canasta en más de 36 minutos en pista (bárbaro) y Tobias Harrris se fue a 18 tantos. En un partido de grandísimos porcentajes en el lanzamiento (ambos equipos superaron el 50% en el tiro y los Sixers estuvieron por encima del 44% en triples) costó que alguien se hiciera fuerte bajo los aros. Los Celtics ganaron la batalla por el rebote (38-28), dieron más asistencias (26-17) y parecieron jugar un mejor baloncesto. Pero perdieron 16 ignominiosos balones... y el partido, claro. Que va a parar a unos Sixers que se adelantan en la eliminatoria ante su bestia negra y empiezan a pensar que igual es posible llegar a las finales de Conferencia por primera vez desde 2001. Con un tal Allen Iverson de líder. ¿Se acuerdan?