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NBA | SIXERS 109 - 124 BUCKS

Sin Embiid, sin Paul George, pero con Yabusele

El francés tiene un buen redebut en la NBA, pero los Sixers, huérfanos de estrellas y cuestionados como franquicia, caen ante los Bucks. Giannis y Lillard, estelares.

Sin Embiid, sin Paul George, pero con Yabusele

Lo de los Sixers es algo que viene de lejos, y que no tiene pinta que se vaya a arreglar. El modus operandi de la entidad desde que inició ese Proceso, tan cuestionable en fondo y forma ha sido, ha dado como resultado las migajas incontenibles de un proyecto que no va a ninguna parte y cuya solución es salir hasta que se acabe el camino. Así funciona ahora mismo un equipo que anunció que Joel Embiid no iba a participar en los back to backs esta temporada para cuidad su físico y no llegar a playoffs tan mermado. Lo que nadie sabía es que, después de dos meses de descanso desde los Juegos Olímpicos de París, tampoco iba a estar en la opening night, una jornada inaugural en la que todos los equipos llegan con todas sus piezas salvo rarezas enormes y lesiones de larga duración. Nada que ver con Embiid, un pívot del que nadie sabe nada en esa estela de estrellas lideradas por Kawhi Leonard, que juntan errores y horrores sin ton ni son y no dejan opción a la improvisación positiva, y sí a la resignación obligada.

La cara de Nick Nurse era un poema cuando atendió a los periodistas para justificar que ni Embiid ni Paul George, otro que tal baila, iba a estar contra los Bucks en uno de los asaltos más atractivos de inicios de NBA que, con toda lógica, ha sido un paseo para los visitantes por omisión de los locales. El entrenador, campeón en 2019 con los Raptors de (precisamente) Kawhi, no sabía muy bien qué decir a los medios de comunicación. Quizá ni él mismo supiera la respuesta a por qué después de uno de los movimientos más sonados del verano y de que los protagonistas del equipo se hartaran de decir que este era el año de los Sixers, habían descansado a las primeras de cambio sin nada dentro del parte de lesiones. Simplemente, no estaban. El entrenador no estaba ni de acuerdo ni en contra de ello, simplemente no sabía dónde meterse. La franquicia guardó silencio. Y en el Wells Fargo Center se jugó al baloncesto porque no había otra cosa que hacer.

Los Sixers perdieron (109-124), como no podía ser de otra manera. Aguantaron en el primer cuarto, pero recibieron 78 puntos entre el segundo y el tercero para hundirse en la rendición y ver como sus sueños paseaban por cualquier acera. Llegaron a perder de 22 puntos, lanzaron por debajo del 42% en tiros de campo y con un pírrico 8 de 31 en triples que dejó en evidencia que de donde no hay no se puede sacar. Especialmente cuando te enfrentas a un campeón herido en su orgullo, unos Bucks que quieren dar un golpe sobre la mesa y decir eso de yo estoy aquí. Un proyecto diluido tras el anillo de 2021 que clama venganza y necesita demostrar que la dupla de Damian Lillard y Giannis Antetokounmpo puede funcionar. Hoy, 55 puntos, 23 rebotes y 13 asistencias entre ambos: 30+9+6 del base y su dieta veraniega a lo Navy Seal; 25+14+7 del griego, que ha llamado al teléfono de la esperanza para pedir una nueva cita con el destino.

Khris Middleton, quejado por las lesiones, no jugó y su estancia en Milwaukee podría ser breve tras jugar en la temporada post anillo, pero cayendo después en una espiral de lesiones que le ha impedido ser el mismo: probablemente nunca lo volverá a ser. Sí lo hizo Taurean Prince, que puede ser un sustituto aceptable y que se fue a 16 puntos, con 4 de 5 en triples, tras llegar de los Lakers, donde era uno de los favoritos de Darvin Ham, de nuevo asistente de los Bucks, esta vez de Doc Rivers y su enésimo viaje por el cielo y el infierno, esos banquillos que le encumbraron de forma efímera y que le han condenado después, aunque nunca de forma tan definitiva como para que le falten opciones. Trabajo nunca le falta al entrenador, por mucho que eso desquicie a la incomprensión mundial, nos pongamos como nos pongamos. Pat Connaughton (9 puntos), Bobby Portis (10), Gary Trent (otros 10) y Brook Lopez (10+8+6, con 6 tapones) también aportaron en la victoria plácida de un equipo que empieza como hay que empezar: ganando a un rival directo con autoridad.

¿Y los Sixers? Pues sin Embiid, sin George, sin ilusión y sin gracia. No hubo mucho donde rascar, más allá de un sinfín de rotaciones y el papel de un Tyrese Maxey que ya puede tener paciencia y resistencia, dos cualidades que va a necesitar para aguantar las embestidas emocionales de un proyecto que de eso va sobra. El escolta lanzó hasta 31 veces a canasta porque nadie más lo hacía y se fue a 25 puntos en malos porcentajes de tiro, pero su esfuerzo fue lo único con lo que se ilusionó la afición local, harta del devenir de un equipo que no pisa las finales de Conferencia desde 2001. Kelly Oubre se fue a 21, Caleb Martin a 12, Andre Drummond a 10, con 13 rebotes; y Kyle Lowry a 13, con 6 asistencias. Buen papel también de Guerschon Yabusele, que redebutó en un partido oficial de la NBA con 10 tantos, 4 rechaces, 3 pases a canasta y 3 robos, buenos números y algo de protagonismo, con más de 25 minutos en pista. El último partido precisamente del francés fue un 8 de mayo de 2019 frente a los Bucks de Giannis, en el 4-1 de playoffs que acabó con la tumultuosa etapa de Kyrie Irving con los Celtics. Ahora, es presumible que vaya a tener minutos. Especialmente en un equipo en el que las estrellas decidirán estar un día sí, otro no, y al siguiente ya veremos. Así está el tema.

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