Real Madrid y NBA: un buen negocio de dos direcciones
Desde hace años ambas partes sacan rendimiento de manera continua. El último caso, la vuelta de Garuba y la marcha de Yabusele.
Los Juegos de París confirmaron la nueva realidad en el baloncesto que tuvo su punto de partida en Barcelona 92. La cita española fue el gran hito fundacional de la era de globalización de la estrellas de la canasta. Ni una paso daban por la Ciudad Condal Jordan, Bird, Magic, Malone y compañía sin ser acosados por hordas de aficionados que nunca se habían acercado tanto a la grandeza. A la realeza de un deporte que abrió las puertas de par a par a los chicos de todo el mundo, que sintieron que ya no eran seres de luz inalcanzables. Eran de carne y hueso. Podían ser como ellos.
En los últimos 32 años, la Liga norteamericana no ha detenido su ímpetu expansionista. Lo ha colonizado todo con una agresiva política de comunicación que la transformación digital y tecnológica ha hecho posible. De las fotos y las revistas a la inmediatez de jugadas, mates y triples, de Twitter y YouTube. Un dominio de las mentes y los espíritus de los más jóvenes que visten las camisetas de sus estrellas, muchas ellas ya europeas porque ese proceso de dominación ha dado beneficios a las dos partes.
Los jugadores del Viejo Continente (principalmente) se han dejado seducir por la NBA, por una competición que ya no es el Dorado de antaño. Simplemente, es una competición en la que probarse. Ver si hay suerte. Confiar que calidad, tiempo y lugar coinciden, y así exprimir hasta la última gota de la vaca. Y si no, media vuelta.
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Los números avalan estas prácticas al otro lado del Atlántico. La pasada temporada comenzaron 125 jugadores no estadounidense. La barrera de los 100 ya es agua más que pasada. Los dos últimos unos del draft llevan la bandera francesa: Zaccharie Risacher (2024) y un Victor Wembanyama (2023) llamada a cambiar y dominar el juego, a coger el testigo de Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo y Joel Embiid, los tres MVP de las últimas cinco temporadas en la NBA. Un premio que este curso ya solo se lo discutían entre extranjeros: el ganador Jokic, el esloveno Doncic y el canadiense Shai Gilgeous-Alexander
El ritmo de vuelos dirección Nueva York, California, Miami, Georgia… es tan alto que tiene un efecto rebote: muchos europeos cogen la maleta para hacer el camino contrario. Incluso, tras solo un año. Un fenómeno que ya afecta también a los nativos, con muchos NBA, que tratan de recobrar energías (o cerrar sus carreras) en el Viejo Mundo sobrepasados por el nueva era, por los jóvenes migrantes que no paran de presionar,
Un hola, adiós y bienvenido de nuevo que tiene en Vezenkov su gran referente de estos dos últimos veranos. El MVP de la Euroliga 2023 cambio Atenas, el Olympiacos, por los Kings, Sacramento el pasado verano… y en el presente ha dado la vuelta y ha cambiado Sacramento y los Kings por el Olympiacos y Atenas.
El Madrid, perjuicio y beneficio
El búlgaro es uno de los 15 jugadores que han hecho el equipaje para dejar la NBA y jugar esta temporada la Euroliga. En el lado contrario, tres atravesarán el Atlántico hacia el oeste: Dozier, Topic… y Yabusele. El ala-pívot francés abandonará tras tres campañas el Real Madrid para tener una segunda aventura en la mejor liga del mundo. Una decisión, la de cambiar el club por la NBA, que los blancos han sufrido en seis ocasiones más desde que en el verano de 2014 Nikola Mirotic recalase en Chicago Bulls. Tras el hispano-montenegrino llegarían los turnos de Sergio Rodríguez, que al igual que Yabusele probaría una segunda vez en la NBA en 2016 (también en los Sixers), Luka Doncic, Facundo Campazzo, Gabriel Deck y Usman Garuba. Los dos argentinos se marcharon en plena temporada.
Salidas de jugadores de mucha calidad. Capitales en algunos casos. Problemas que el Madrid ha sabido surfear. Primero, económicamente. Por estos siete casos (incluyendo Yabusele) ha ingresado teóricamente unos 20,3 millones de euros por las diferentes cláusulas de salidas. Teóricamente porque es una cifra con matices ya que algunos de estos jugadores no llegaron a depositarla entera al regresar a la capital de España (los pagos, normalmente, era fraccionados anualmente).
Porque el Real ha sabido adaptarse a ese nuevo ritmo de entradas y salidas. Ha sufrido los ataques inmisericordes de la NBA, pero también ha sabido aprovecharse de sus despojos. De esos ex que abandonaron el barco, pero no encontraron uno nuevo que los quisiera a proa. Campazzo, Deck y, ahora, Garuba han regresado al hogar. Sergio Rodríguez también volvió, aunque con escalas previas. Y en el horizonte lejano (muy lejano) se tiene la fe que Doncic cerrará su carrera en la casa que le vio crecer. Otro gran triunfo del Madrid es ese, que sus canteranos sean atractivos para la NBA: Doncic, Garuba, Juan Núñez...
Pasado NBA en el Madrid
Pero no solo han sido antiguas estrellas del club las que han recalado en la plantilla tras una prueba sin suerte al otro lado del Atlántico. El vestuario de la temporada 2024-25 contará con ocho jugadores con pasado en la NBA. Los tres ex más Musa, Hezonja (que han visto relanzar sus carreras) e Ibaka, que tuvieron un previo paso en la Euroliga antes de recalar en la Liga Endesa, Tavares (vuelo a Barajas directo para convertirse en uno de los mejores pívots de Europa con muchos pretendientes a su alrededor) y Xavier Rathan-Mayes, un trotamundos del baloncesto con pasado en Norteamérica. En total, 1.576 partidos en la NBA.
Resurrecciones de carreras y aumentos de caché (ver Poirier, Ayón, Thompkins, Randolph, Taylor), elevaciones al rango de leyendas del club (Rudy Fernández, Sergio Rodríguez) que dan muestras de lo bien que ha sabido surfear el Madrid la ola de modernidad… y como sus jugadores han sabido sacarle rédito al momento y un club que les ha dado foco y títulos, muchos títulos. Y, todo eso, con un caso muy especial, único en esta era: Sergio Llull, tentado por Houston, pero que nunca se dejó tentar por el oro de una NBA que ha creado una simbiosis perfecta con el conjunto blanco la última década.
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