Los Lakers sobreviven incluso en la derrota

Todo queda igual; o casi. Los Lakers cayeron, pero la Conferencia Oeste no cambia sensiblemente. ¿Por qué? Porque lo mismo hicieron Pelicans, Thunder, Blazers, Jazz... incluso unos Mavericks que van a tener que empezar a preocuparse y han caído ya a los puestos de play-in. Los beneficiados son dos: Warriors, que salieron vencedores y se colocan, parece mentira, en el quinto puesto del Oeste; y Wolves, que hicieron lo mismo tras vencer a los Clippers. Incluso siendo una derrota, lo ha sido fuera de casa y ante el segundo clasificado, sin LeBron James (en su primer partido de ausencia tras su lesión en el pie derecho) y con todo en contra. No es para tirar cohetes, pero las derrotas de sus principales competidores abren una ventana a la esperanza que los angelinos intentarán mantener así hasta que vuelva el Rey. Lo que significa que en las siguientes dos semanas tienen que buscar por algún lado la victoria.

Repasemos: a los Lakers tienen inmediatamente después de visitar Memphis, tres partidos clave (Thunder, Wolves y Warriors, estos dos últimos en casa). Luego reciben a Grizzlies, Raptors y Knicks, visitan New Orleans y Houston y, tras ello, juegan cinco partidos seguidos en casa, entre ellos alguno aparentemente asequible (Magic, el 20 de marzo)) y otro de gran importancia (de nuevo Thunder, el 25). Ahí podría estar ya LeBron, que será reevaluado en dos semanas. Pero, esté o no el calendario es el mismo: 5 partidos más fuera del Crypto Arena y de forma consecutiva (Wolves y Jazz, ahora rivales directos, están en dicha gira) y dos en casa para acabar la temporada: Suns y Jazz. Poco más de un mes. Apenas 20 partidos. 12 de ellos en casa. 9 contra rivales ahora mismo directos. Una victoria para llegar al play-in. Y solo un viaje largo, a Chicago, el único rival del Este al que se enfrentan fuera de casa, el próximo 30 de marzo.

No es un mal calendario, pero eso pensarán otros rivales que les toque jugar ante los angelinos. Eso sí, las victorias tendrán que llegar con o sin LeBron y la posibilidad de que la leyenda en activo regrese se irá haciendo más pequeña a medida que pasen los días. Al menos en teoría. Y hasta entonces, partidos contra los Grizzlies serán más complicados de sacar, pero en futuras batallas estará la verdadera guerra y la posibilidad de remontar. E incluso en esas y sabiendo la dificultad del examen, los Lakers pelearon: 121-109, un partido en el que decayeron al recibir 47 bochornosos puntos en el tercer cuarto pero en el que siempre estuvieron ahí, en el que llegaron por delante al descanso (46-49), vivos al último cuarto a pesar del dislate (93-84) y en el que se llegaron a poner a 4 puntos (110-106) a menos de 5 minutos para el final. No hubo suerte y una derrota siempre es una derrota. Pero compitieron y estuvieron ahí.

Ja Morant fue el impulsor de la derrota angelina: 39 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias, un triple-doble magnífico que solo tuvo la muesca de un 0 de 5 en triples. Xavier Tillman se fue a 18+11, Jaren Jackson a 16+7 (y 4 tapones) y Desmond Bane a 16+5+3, con 4 robos. Santi Aldama disputó algo más de 15 minutos y acabó con 6 puntos. Los Grizzlies sufrieron muchísimo en el triple (6 de 31), pero sacaron el partido a base de tesón y con su explosión habitual, que tuvo lugar en esta ocasión en el tercer cuarto, con 47 puntos excelsos. En los Lakers, fantástico e insuficiente partido de Anthony Davis (28 puntos, 19 rebotes y 5 tapones) y un poco de Dennis Schröder (10, con 10 asistencias), Austin Reaves (17+7), Lonnie Walker IV (21, con 5 de 10 en triples)... A la baja de LeBron se unió la de D’Angelo Russell. Y los Lakers perdieron. Pero están empeñados en mantenerse vivos y parece que nos espera, en lo referente a los angelinos, un final de temporada, al menos, emocionante. Y eso siempre gusta, claro.