Los Hawks se permiten una alegría

No habrá barrida. Atlanta Hawks tenía orgullo suficiente dentro de una coraza resquebrajada por una temporada muy complicada. Esas eran las principales dudas que tenía que resolver el tercer partido de una serie que había salido de Boston con 2-0 y sensación de enorme (y prevista) superioridad de los Celtics. Pero en un State Farm Arena lleno y con ganas de jaleo, los Hawks respondieron, defendieron su pista (130-122) y se permitieron un día de alegría y orgullo. Juegan contra uno de los dos grandes favoritos al anillo, el vigente finalista de la NBA y un rival que va a tener que remangarse, un poco al menos, para dar la zancada que todavía parece lógica, la que le haga superar la eliminatoria sin dramas. Pero los Hawks dieron carburante a los que quieran ser (muy, muy) optimistas. Están vivos, que ya es mucho.

El mensaje quedó claro para unos Celtics muy conscientes de que la cosa iba 2-0 y de que los Hawks no parecían tener dentro una capacidad de rebelión verdaderamente peligrosa: hay que trabajar un poquito más para evitar sustos. Su defensa estuvo lejos, muy lejos, de lo que suele en partidos de primera magnitud. La lucha por el rebote fue una rendición determinante: 48-29 para unos Hawks que cogieron 11 en ataque en un partido que acabaron en un 56% en tiros. Por ahí se despistaron los Celtics, por eso perdieron pese a su 21/48 en triples. Un dato que esconde la verdadera historia: 15 en la primera parte, con el gatillo desatado (15/25), y solo seis en la segunda. De hecho, los triples fallados fueron la gran historia de los minutos finales. Horford, Brodgdon, Smart y finalmente Tatum (con 124-121 y antes de una canasta decisiva de Trae Young) y Brown, los dos ya en el último minuto, erraron desde el exterior y la victoria se quedó en casa.

Las Hawks pusieron esfuerzo y determinación. Y, sobre todo, unos niveles tremendos de ritmo y acierto en ataque. No les quedaba otra, porque los Celtics siempre parecían estar ahí, justo detrás de ellos por mucho que hicieran. Pero las desconexiones en las trincheras de los verdes les dieron vuelo, y, con tensión y confianza, los tiros difíciles no lo parecieron tanto cuando había que jugarse la victoria y era su rival el que dejaba sin resolver situaciones más o menos cómodas en ataque. Quin Snyder dejó claro que cuando sus jugadores anotan por fuera y abren la pista, la cosa es mucho más sencilla… sobre todo para Trae Young. Que bastante colapsa la zona la defensa de los Celtics para que ellos ayuden. Con buenos porcentajes, intensidad en el rebote y muchas ganas de evitar el 3-0, la noche fue estupenda para los Hawks. Por ahora es suficiente para ellos. Eso, e intentar sacar el cuarto como sea y poner definitivamente pimienta a una serie que todavía parece seriamente desnivelada. No hemos avanzado tanto en sentido contrario.

Trae jugó mucho más cómodo que en los dos primeros partidos: 32 puntos y 9 asistencias con porcentajes correctos. Eso sacó la versión de los Hawks, con Dejounte Murray como escudero (25+5) en el backcourt y el trabajo de Hunter y Capela. Pero la clave estuvo, seguramente, en la aparición de la segunda unidad, que solo en la primera parte sumó 35 puntos con un 92% en tiros. Eso se tradujo en 74 puntos totales, récord de un primer tiempo de playoffs para los Hawks. Hasta la segunda parte no fallaron tiros Bey y Bogdanovic, que acabaron con 15 puntos cada uno y un 6/7 total en triples.

Los Celtics hicieron la goma durante tres cuartos y, sin sus niveles máximos de intensidad, estuvieron en partido hasta que en los últimos minutos se salieron los triples que los habían sostenido en la primera parte. Tatum acabó con 29 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias, mucho mejor esta vez que Jaylen Brown (15 puntos en 15 tiros, 3 pérdidas por 3 asistencias). Smart (24 y 8 pases de canasta) lo intentó a su manera, con dosis de cal y arena (más lo primero), y Brogdon lideró (17 puntos) como siempre una segunda unidad en la que apareció por primera vez en la serie Grant Williams, que anotó 14 puntos con un 4/4 en triples. Estos Celtics tienen suficiente experiencia y desde luego nivel para no ponerse nerviosos por esta derrota. También tienen que jugar un poquito mejor, sobre todo a la hora de defender y rebotear, para ahorrarse sustos. Porque los Hawks les han demostrado, al menos, que por ellos no van a quedar. Mañana, cuarto partido.